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Hoy se cumplen 18 años de visita del Papa a Chile

Durante seis días, Juan Pablo II recorrió el territorio nacional y envió un mensaje de amor y paz al pueblo chileno.

01 de Abril de 2005 | 10:26 | El Mercurio en Internet

La llegada del Papa a Chile.
SANTIAGO.- Un día miércoles 1 de abril de 1987, a las 16:00 horas, el Papa Juan Pablo II pisó suelo chileno para iniciar una visita de seis días a nuestro país.

Su primer gesto al posar sus pies sobre la losa chilena fue ponerse de rodillas para besar nuestra tierra. De este modo, él quiso dar un beso a Chile y a cada uno de sus habitantes. Besó a los pobres y a los niños. Besó nuestra historia y nuestro presente. Besó nuestras fiestas y dolores, nuestras hermosas tradiciones y nuestra geografía.

Entre los días 1° y el 6 de abril, Juan Pablo II debió desarrollar una apretada agenda en territorio nacional, la cual contempló la realización de reuniones y encuentros con los más diversos actores de la sociedad nacional.

Asimismo, en los seis días que estuvo en el país, el Santo Padre no sólo permaneció en Santiago, sino que también viajó a zonas tan extremas como Punta Arenas y Antofagasta. En cada una de sus actividades realizó un discurso.

La gira a Sudamérica que lo trajo a Chile fue el segundo recorrido más largo de su pontificado. Partió el 31 de marzo y en 13 días con cuatro horas recorrió 36.613 kilómetros, repartidos en 19 ciudades de Uruguay, Chile y Argentina.

Himno oficial
"Mensajero de la vida", por Los Huasos de Algarrobal.
La bendición en el cerro San Cristóbal

Tras ser recibido por el entonces Presidente Augusto Pinochet y luego de un acto de bienvenida de la Iglesia chilena en la Catedral Metropolitana, el Papa subió a la cima del Cerro San Cristóbal, desde donde impartió la bendición a todos los chilenos. "A los pies de María, que ha sido un faro de esperanza, saludo y bendigo a todos los habitantes del país, desde Arica a Cabo de Hornos y hasta la Isla de Pascua, pero de una manera especialmente entrañable a los que más sufren en su cuerpo y en su espíritu; a los hombres; mujeres y niños de las poblaciones marginales; a las comunidades indígenas; a los trabajadores y sus dirigentes; a quienes han sufrido los estragos de la violencia; a los jóvenes; a los ancianos y ancianas", dijo el sucesor de San Pedro.


En la reunión con el entonces Presidente Pinochet.
Al día siguiente se reunió con el Primer Mandatario en el Palacio de La Moneda. El encuentro se extendió por 42 minutos, 22 más de lo proyectado, y en la oportunidad ambas autoridades intercambiaron regalos: mientras Pinochet obsequió al Papa dos palomas de plata, como símbolo del agradecimiento del pueblo chileno por su mediación en el conflicto limítrofe con Argentina, el Santo Padre le entregó unas medallas pontificias.

"El amor es más fuerte"

Tras una intensa jornada de actividades, que incluyó una reunión con vecinos de la Población La Bandera, el Santo Padre sostuvo un encuentro con los jóvenes en el Estado Nacional. En un emotivo acto, el jefe de la Iglesia Católica pronunció su impactante y recordada frase "El amor es más fuerte".

Su tercer día de visita comenzó en el Templo Votivo de Maipú, donde se reunió con religiosas y miembros de institutos seculares. Luego visitó a los enfermos en el Hogar de Cristo y más tarde se dirigió al Parque O'Higgins, donde realizó una misa en la que beatificó a Sor Teresa de los Andes. Dicha ceremonia fue alterada por las violentas manifestaciones protagonizadas por grupos de izquierda, que quemaron neumáticos y lanzaron consignas contra la Iglesia.

No obstante, el Sumo Pontífice no permitió que el programa de la solemne Eucaristía fuera modificado y aprovechó la oportunidad para realizar un ferviente llamado a la reconciliación.

Los días siguientes el Papa recorrió el país de norte a sur para concluir su apretada agenda el mediodía del 6 de abril, cuando se despidió de Chile.

En el acto de la partida del Sumo Pontífice, el Primer Mandatario sostuvo que "hemos recibido el testimonio de una entrega personal que pasa por sobre toda consideración de interés propio, constituyendo un edificante ejemplo de celo por una causa tan noble y superior".

El avión de Lan Chile, que trasladó a Juan Pablo II a Argentina, despegó desde el Aeropuerto Cerro Moreno a las 13:45 horas del lunes 6 de abril de 1987.
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