SANTIAGO.- Un mayor desembolso de dinero sumado a la alteración de la rutina diaria son las principales consecuencias del retiro de 1.300 máquinas de la locomoción colectiva en Santiago.
Según la encuesta telefónica "Transporte público: La voz de los usuarios", elaborada por el Instituto Libertad y Desarrollo, los usuarios de micros, que en su mayoría pertenecen a las clases media y baja, están gastando un promedio diario de $583 adicionales, producto de la reducción de oferta de locomoción colectiva.
Esto significa que mensualmente cada persona que se moviliza debe desembolsar $11.660 adicionales.
El resultado del sondeo, efectuado el 7 de abril recién pasado a 553 personas del Gran Santiago, es preocupante puesto que el 87% de los usuarios de locomoción colectiva no tiene otra alternativa de transporte.
De acuerdo con el mismo estudio, el 86% de los encuestados ha debido soportar largas esperas, en primer lugar porque la micro va llena (45%) y en segundo, porque no pasa (41%).
Este problema se genera principalmente en las mañanas, lo que se traduce en que la gente demora en promedio 44 minutos más en llegar al lugar de destino.
Pero más allá del costo económico, la reducción de micros ha provocado un deterioro de la calidad de vida de sus usarios, quienes llegan tarde al trabajo (34%), están cansados porque tienen que levantarse más temprano (33%) y pasan menos tiempo con su familia (25%).
Al ser consultados sobre cuáles son las causas de la baja en la locomoción colectiva, un 33% la atribuye a un boicot de los empresarios microbuseros, un 32% a los problemas de implementación del Transantiago y un 30% a la falta de previsión del Gobierno.
Antes este escenario, los encuestados proponen reincorporar los buses que fueron sacados de circulación y endurecer la fiscalización del cumplimiento de los contratos de licitación.
