 En España, bailan sobre fogatas |
SANTIAGO.- Anoche, en la mítica noche de San Juan, millones de personas en el mundo practicaron múltiples ritos para presagiar el futuro económico, sentimental o laboral.
Tres papas bajo la cama (una pelada, otra a medio pelar y una con su cáscara) y basta estirar la mano justo a la medianoche para saber el porvenir. Si saca la última tendrá una vida de abundancia. Obviamente, la sin cáscara representa pobreza y la a medio pelar dirá que seguirá.. al tres y al cuatro.
Es cierto, la noche de San Juan conserva hasta ahora todo su prestigio: a las doce de la noche se hacen toda clase de pruebas para adivinar el porvenir. Si no lo hizo anoche, prepárese para el próximo año.
Lo que no está claro es por qué se relaciona con San Juan Bautista, decapitado por su valentía al denunciar el concubinato del soberano, según el Antiguo Testamento.
El profeta se alimentaba de raíces, se vestía de pieles y bautizaba en el Jordán anunciando la venida de Jesucristo.
Por miles de años afloran las creencias populares y muchas lindan con actos de brujerías.
Una de las más tradicionales es azotar un tronco o trozo de madera con un cinturón. La acción asegura un buen pasar económico.
En los momentos cuando el reloj indica medianoche, recomiendan también seleccionar tres papelitos blancos, en los que se depositan gotas de tintas, para luego doblarlos. Después de unos minutos se deben desenvolver. Dependiendo de la figuras que aparezcan el porvenir se hace venturoso, trágico o inestable.
También hay quienes llenan un recipiente con agua y colocan dos velas encendidas, una a cada lado, sobre una mesa. Las imágenes que aparecen comunican misteriosos significados y simbolismos que los más avezados tienen la capacidad de traducir.
Esa noche basta guardar granos de arroz en un paño o pañuelo rojo y la subsistencia queda asegurada sin problemas por los próximos doce meses.
Otros hablan de que es posible ver florecer el árbol de la higuera y la mujer que lo logre se casará y será dichosa.
Fogatas
Además, la noche es vecina al solsticio - la noche del día 21 de junio. En España y en otros lugares de Europa se celebran, las tradicionales hogueras de San Juan. Estas fogatas alejan maldades y purifican cuerpos y ambientes.
En la ciudad de Alicante cada año el fuego y la belleza se dan cita en las denominadas "Fogueres de Sant Joan".
Los orígenes de esta fiesta datan de épocas remotas pero en 1928 José María Py le dio el carácter actual. Convirtió las informales fogatas en monumentos de cartón piedra; estos transforman la ciudad, entusiasmándola en un marco de sensaciones, participación y convivencia. Las imágenes caen devoradas por el fuego la noche del 24 de junio.
La costumbre de encender hogueras la víspera de San Juan es una práctica universal en Europa que los expertos remontan a épocas precristianas y hasta prerromanas. Sobre ellas operó el sincretismo de la Iglesia. La Cristiandad se las ha arreglado para darle sentido a cada celebración ajena. En este caso, la conmemoración del solsticio de verano, el día más largo del año.
Resulta asombrosa la cantidad de lugares en que se vive esta fiesta y la similitud de los rituales que se desarrollan. En algunos países, además de la quema de hogueras, se recurre a portar antorchas por los campos que se quieren purificar.
Mapuches con Nuevo Año
También la noche del 23 de junio se celebra el We Tripantu o Año Nuevo Mapuche. Corresponde al fin de la etapa de Rimugen o tiempo de la caída de las hojas de los árboles, y marca el inicio de las temporadas en que se divide el año mapuche.
Además, representa el comienzo de algo nuevo, la relación con la tierra o ñuke mapu, y la renovación de los ciclos productivos. La celebración implica para el pueblo una gran fiesta, se faenan animales, vacunos o caballos, se bebe muday y se come el catuto, especie de pan de trigo cocido en forma cilindrica que se fríe en aceite.