SANTIAGO.- María Ximena Provoste, la joven garzona que hace siete años atendió a Bill Clinton cuando ingresó a tomar una coca cola a una fuente de soda del centro de Santiago cumplió su sueño de saludar al ex mandatario estadounidense.
Provoste hizo guardia frente a La Moneda y fue el propio Clinton, en una muestra de su sencillez quien accedió a ir al encuentro de la mujer y saludarla con un apretón de manos y un beso en la mejilla.
La fuente de soda, ubicada en la calle Estado, a la que otrora ingresó el ex mandatario lleva ahora el nombre de "la picá de Clinton".