SANTIAGO.- El consumo de drogas y la comisión de delitos son dos conductas que muchas veces se presentan juntas y tienden a retroalimentarse, según se desprende de un estudio realizado por la Fundación Paz Ciudadana.
A través de entrevistas y test de orina a mayores de edad detenidos en flagrancia por delitos de mayor connotación social (robo, hurto, lesiones, homicidio y violación) y Ley de Drogas (tráfico, porte y consumo) en 15 comisarías del Gran Santiago, se estableció que el 73% de los aprehendidos había consumido alguna droga. De ellos, el 87% había utilizado cocaína o pasta base y el 55%, marihuana.
Entre los detenidos por delitos de mayor connotación social, el estudio reveló que el 67% había consumido drogas; en el 89% de los casos, cocaína o pasta base. Además se detectó un mayor consumo de este tipo de sustancias en las personas aprehendidas por robo que por hurtos y lesiones.
Respecto de los detenidos por Ley de Drogas, el 90% de ellos había consumido alguna sustancia ilícita; en el 83% de los casos, cocaína o pasta base.
En la investigación se comparó los resultados de esta encuesta con otros sondeos nacionales y se estableció que el consumo de drogas en el último año es mucho más frecuente en los detenidos que en la población general, sobre todo en el caso de la pasta base.
De acuerdo con el mismo estudio, el consumo de cocaína y pasta base está asociado a ciertos indicadores de compromiso delictual. Es decir, quienes presentaron en la orina una o ambas drogas, declararon que habían estado detenidos en promedio 2,3 veces el último año. En el caso de los no consumidores, el promedio fue de 1.12 veces. Asimismo, el 46% de quienes resultaron positivos señala haber estado en la cárcel el último año. Entre los no consumidores esta cifra fue de 24%.
Este vínculo entre conductas delictuales y la presencia de drogas se puede explicar, en parte, por la necesidad de financiar un hábito que, en promedio, costaría unos 29 mil pesos mensuales a los consumidores de marihuana y poco más de 350 mil a los consumidores habituales de cocaína y pasta base.
El 34% de los detenidos, según el estudio de Paz Ciudadana, se siente dependiente de la cocaína, pasta base y marihuana. El 70% de ellos dijo que estaría dispuesto a comenzar un tratamiento.
Sin embargo, el sistema penitenciario ofrece mínimas posibilidades de tratamiento: cerca de 300 cupos para una población reclusa que bordea las 40 mil personas.
Según Paz Ciudadana, la experiencia internacional indica que dar tratamiento a la población de infractores abusadores de sustancias –ya sea en reemplazo de la pena o como complemento a ella– es socialmente rentable para reducir la reincidencia.
Metodología
El estudio se realizó entre el 11 y el 30 de abril de 2005 en 15 comisarías del Gran Santiago y se basa en la metodología internacional I-Adam, que consiste en una entrevista y un test de orina a detenidos.
Se aplicó a más de 500 mayores de edad aprehendidos en flagrancia por los delitos de robo, hurto, lesiones, homicidio, violación, tráfico, porte y consumo de drogas.
El trabajo en terreno fue realizado diariamente, entre las 7:00 y las 17:00 horas, por estudiantes de enfermería.
