SANTIAGO.- El Presidente Ricardo Lagos dijo hoy no sentirse sorprendido por la declaración de los ex agentes de la CNI, Iván Quiroz y Jorge Vargas, respecto de que el actual Mandatario figuró en una lista de opositores que debían ser asesinados en la década de 1980.
Lagos dijo ya que tenía algunos antecedentes sobre el tema, pero que era una situación antigua y, por tanto, no merece mayores comentarios.
El Diario Siete reveló este viernes que el jefe de Estado aparecía en una lista de personas que debían "desaparecer" tras el frustrado atentado que sufrió Augusto Pinochet el 7 de septiembre de 1986 en el Cajón del Maipo.
El plan para asesinar a Lagos se conoció en el marco de una investigación de la muerte del periodista José Carrasco, a manos de agentes de la Unidad Antiterrorista de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), que actuó como una agencia coordinadora de los aparatos represivos del Gobierno militar.
El asesinato de Carrasco se produjo un día después del fallido atentado del ex Gobernante, luego que "el director de la CNI, Humberto Gordon, reunió a los jefes de los equipos operativos del organismo de seguridad y le ordenó -según los autores confesos del asesinato del periodista- que debían aniquilar a sus adversarios políticos", dice el artículo.
En ese sentido, el Presidente lamentó que el periodista no haya corrido la misma suerte que él, que fue detenido por Investigaciones antes que los organismos de seguridad actuaran.
"Lamento que Investigaciones llegó a detener a José Carrasco tarde, porque de lo contrario aún estaría vivo", declaró durante la inauguración oficial del Plan Transantiago que comienza a operar a las 00:00 de este sábado.
Lagos lo había comentado con sus ministros
También se refirió a este tema el ministro del Interior, Francisco Vidal, quien reconoció que el Mandatario ya había comentado esta situación con sus colaboradores.
Vidal señaló que "muchas veces el Presidente nos conversó a nosotros hace muchos años que a él le sorprendió que cuando llegaron a su casa personal de la policía de Investigaciones entraron al dormitorio, cuatro, cinco, con metralletas encañonándolo a él y a Luisa Durán (...) le dijeron por suerte llegamos nosotros primero, así que no me cabe la menor duda que los asesinos de la época perfectamente podían tenerlo en un listado".
