CHILLÁN.- "Yo, en lo personal, estoy muy tranquilo y confiado, muy optimista. Estoy seguro de que hay un voto popular que se va a manifestar mañana y que cuando se abran los votos y llegue la hora, vamos a dar nuevamente una sorpresa", dijo el candidato de la UDI, Joaquín Lavín, a menos de un día de las elecciones presidenciales.
Luego de tomar un café cortado en la tradicional Pastelería La Abuelita, en el centro de Chillán, el abanderado comentó sus últimas impresiones a pocas horas de la elección presidencial.
En compañía de su esposa, María Estela, de algunos de sus hijos, además del candidato a senador por la Octava Región Cordillera, Víctor Pérez, y del postulante a la Cámara Baja por Chillán, Alejandro Arrau, Lavín aseguró estar relajado.
"Uno está con la conciencia tranquila de haber hecho todo, ahora la decisión está en los chilenos. Es hora de que callen los candidatos y hable la democracia. Y decirle a la gente que voten en conciencia, que voten por el candidato que más quieren, por el que se ha ganado su corazón, por quien más los representa. Todo esto, con la tranquilidad de que habrá segunda vuelta y que ahí se va a rebarajar el naipe", afirmó el candidato gremialista.
Lavín llegó en la tarde de ayer a Porteluezo, comuna de la VII región ubicada a 30 kilómetros de Chillán, para visitar a sus papás, quienes festejaban su aniversario de matrimonio.
"Hoy, junto a todos mis hermanos –yo soy el mayor de los siete– vamos a tener un gran almuerzo. Alrededor de las seis de la tarde espero regresar a Santiago", comentó.
Para mañana, el candidato presidencial dijo que se va a levantar muy tranquilo. "Tomarémos desayuno temprano con la familia, tipo siete y media, ocho. Después, como cristiano, voy a ir a misa a las nueve de la mañana y como a las 10 voy a ir a votar. Luego acompañaré a Maria Estela y, a la hora de almuerzo, volver a la casa para estar en familia. Siempre lo he hecho así en todas las elecciones. Después trataré de dormir una siestecita y ya, tipo 5 de la tarde estar activo. Escuchar la radio, ver la televisión y anotar los primeros cómputos. Ahí viene un vértigo total".
El candidato de la UDI dijo que el momento más difícil que le tocó enfrentar durante esta campaña fue cuando se enteró de la enfermedad de su padre. "Se trataba de un cáncer ya muy avanzado. Al mismo tiempo yo soy una persona de mucha fe, creo en Dios, y pienso que las cosas pasan por algo. Él, además, es una persona que me ha transmitido mucha fuerza. Uno tiene que cumplir la misión y yo estoy convencido de que mañana me va a ir bien", declaró.
