SANTIAGO.- Si ya está aburrido de comerse un enorme plato de lentejas o los doce granos de uvas tras la llegada de un nuevo año, la astróloga Jimena Zúñiga -conocida por preparar semanalmente el horóscopo en Emol- entrega nuevos ritos que se pueden practicar incluso antes de la llegada de la medianoche del 31 de diciembre y que, como los ritos tradicionales, auguran abundancia, amor, salud y prosperidad en el nuevo año que llega.
"Más que para el inicio, es mucho más potente hacer rituales para el cierre. Es súper importante cerrar en conciencia, porque lo que tendemos a hacer es recibir el año en completa inconciencia y demasiado llenos de estímulos, llenos de comida, llenos de alcohol, música, ruido y no estamos tomando conciencia de lo que estamos iniciando", asegura Jimena Zúñiga, destacando que el primer paso es tomar conciencia de todo lo que se va.
Amor, dinero y viajes
A los típicos archiconocidos rituales para tener amor, como el hecho de dar el primer abrazo del año a una persona del sexo contrario, la tarotista agrega las velas rojas como símbolo de buena suerte en materia amorosa.
Otro rito poco conocido, pero que según la experta "nunca falla" es poner esa noche en el velador algo que sea par. Por ejemplo dos copas, dos cuarzos, una foto de una pareja o un par de calcetas.
Para dejar atrás las relaciones que se terminaron, en la mesa donde se va a comer, se le da un lugar a la gente que ha ido ese año, tanto la que ha fallecido como a las relaciones que terminaron. "Se les da un lugar con un símbolo como una flor, una piedra o una silla vacía. Esto es una forma de completar nuestro sistema y que esas pérdidas no hayan sido en vano".
El dinero es algo que tampoco deja indiferente a nadie y que es muy relevante para la noche de Año Nuevo. En esta materia, la astróloga recomienda tener en las manos esa noche algunos elementos que simbolicen el aire, como las plumas y el abanico, los que representan las posibilidades de un vuelo.
Para aunar todos los deseos en materia de amor, dinero y salud, la experta recomienda como "la mejor receta", la construcción de un altar donde se pongan los elementos de poder para los deseos que se quieren pedir.
Por ejemplo, puede poner una foto de una pareja o los pares de cosas, para el amor; para la abundancia se puede poner semillas, ojalá de maíz o arroz. También se ponen los elementos de aire, o el dibujo de una maleta, un pasaje. "En general se puede poner cualquier cosa que yo tenga que llevar a un viaje", explica Zúñiga.
Para bajar de peso, en el altar, que se debe preparar varias horas antes de medianoche, se puede poner la foto de una persona que esté en el peso que uno quiere y se le agrega la cara de quien desea adelgazar. Si se quiere tener suerte en general, puedo recortar un trébol. A todo este altar se le pone una vela roja y una morada para coronar todos los deseos.
Dejar de lado todo lo malo que se va
En este plano, la tarotista aconseja escribir en una hoja con el nombre y en tiempo presente todo lo que se quiere dejar atrás, todo lo que haya sido malo este 2005, todas las cosas que hayan estado en torno a la frustración, todo lo que no sirvió, todas las pérdidas, los esfuerzos mal hechos, las decepciones.
Según aconseja Zúñiga, el ritual de la escritura del papel debe hacerse en un espacio "bien personal, de forma muy concentrada". Luego hay que romperlo y enterrarlo o lanzarlo a las aguas en movimiento, ya sea un río o una vertiente. Esto puede hacerse algunas horas antes de las 12 de la noche.
Un segundo paso, tras romper con lo malo del año que se va, es hacer una lista con los deseos para el que llega. Se escribe en presente y en positivo, sin usar la palabra no, en un papel de un color que de energía y separado por áreas: emocional, material, espiritual y físico. "Esa lista se guarda en un lugar muy significativo para la persona y se revisa el 31 de diciembre próximo para ver qué metas se cumplieron y cuáles no", explica la tarotista.
Otro consejo alternativo a los que ya se conocen, es el de que el día la noche del 31 de diciembre pille a nuestras casas sin basura. "Es importante haber vaciado todos los basureros, lo que es una metáfora para decir que los temas pendientes, los temas dolorosos, los temas que no me gustan, no estén y dejar de lado los temas que no sirven, como la basura", asegura Zúñiga.
