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Enfermo terminal es ordenado sacerdote

Francisco Jiménez Araya, de 30 años, padece un cáncer terminal y se ordenó sacerdote en un momento de intervalo en el tratamiento que recibe en el Hospital Clínico de la Universidad Católica.

18 de Enero de 2006 | 13:43 | El Mercurio en Internet
LA SERENA.- Francisco Jiménez Araya, joven illapelino, logró concretar el sueño de su vida, ser ordenado sacerdote, pese a padecer un cáncer terminal, informó Radio Digital FM.

Según informó el obispo de Illapel, Rafael de la Barra, la ordenación de Francisco se concretó en un momento de intervalo en el tratamiento que recibe en el Hospital Clínico de la Universidad Católica.

Si bien Francisco era diácono de la Iglesia, el propio obispo de Illapel explicó que puede ser llamado Padre con total propiedad. De hecho, Francisco puede celebrar una misa aún cuando debe permanecer en silla de ruedas.

El obispo de la Barra reconoce en Francisco Jiménez un sacerdote para toda la eternidad, porque pese a su enfermedad, la posibilidad de un milagro siempre está latente.

El ahora padre Francisco Jiménez estudió en el Seminario y en junio del año pasado fue ordenado diácono. El mismo año, en noviembre, le fue detectado un cáncer terminal el que lo mantiene en una lucha constante por enfrentar la enfermedad. Reconoce que su gran fortaleza es la cercanía con Dios y su idea de servirle convirtiéndose en sacerdote.