SANTIAGO.- Las intensas lluvias que provocó el denominado invierno boliviano en el norte del país dejaron millonarias pérdidas en infraestructura vial, pero no causaron víctimas ni damnificados, dijo este jueves el intendente de la Región de Antofagasta, Jorge Molina.
Las inusuales lluvias que cayeron martes y miércoles sobre el desierto de Atacama dejaron numerosos caminos cortados entre los poblados dispersos en esa zona, pero este jueves comenzaron a ser reabiertos.
"Las condiciones climáticas ya cambiaron y se va restableciendo la normalidad", dijo Molina, quien anunció que ya se reabrió el camino que une Antofagasta con la ciudad de Calama, hacia el este, la ruta más transitada del norte por la presencia de las minas de cobre de la precordillera.
Además, la autoridades de la región ordenaron la reparación de la vía férrea que une Antofagasta con la ciudad boliviana de La Paz, para habilitar una vía alternativa a los caminos que aún no son reabiertos.
Molina agregó que el suministro de agua potable y de energía eléctrica no se interrumpió.