SANTIAGO.- Para los niños, el mes de marzo es sinónimo de libros, cuadernos, estuches, mochilas y profesores, mientras que febrero significa vacaciones, playa y permisos para ver televisión hasta tarde. Sin embargo, hoy, 22 de febrero, se acabaron las vacaciones para los 1.400 alumnos del Colegio Internacional SEK, quienes a las 8:30 horas comenzaron un nuevo año escolar.
Adolescentes bronceadas que se lamentaban por no poder ir al Festival de Viña para ver al grupo Miranda!, o niños de pre Kinder que apenas podían con el peso de sus mochilas con ruedas, comenzaron a repletar, desde antes de las 8:00 de la mañana, los hasta ese momento vacíos pasillos del establecimiento educacional de la comuna de Las Condes.
Las expresiones eran variadas. Los más grandes, que aún cargaban los vestigios del verano (trenzas con piedras de colores en las mujeres y largas melenas y barbas en los hombres) tenían un sentimiento generalizado de "lata". Los más pequeños, muchos de los cuales van por primera vez a clases, lo único que quieren es jugar y conocer a sus nuevos compañeros.
Así, mientras Guillermo, de 7 años, asegura que "siempre quiero volver al colegio para ver a mis amigos", una joven Ana, que entra a I° Medio, declara que esta experiencia es "horrible, lo peor, porque uno está de los mejor en las vacaciones y de repente uh! Colegio (…) Igual da lata(…) Pero hay que entrar a clases no más y aburrirse".
Toda una costumbre
Esta noche empieza el Festival de Viña, un evento que siempre ha sido el icono del final del verano. Por lo mismo, sólo una vez finalizado este certamen, se podía volver a clases.
Sin embargo, en el SEK esto nunca ha sido así, ya que siempre, durante los más de 20 años que llevan en Chile, se ha entrado en esta fecha. Según cuenta el director del colegio, José María Delgado, "esto se debe a que tenemos una semana en el año en que realizamos actividades con los otros colegios Sek del mundo, por lo tanto es un tiempo que perdemos en el año y que es necesario recuperar".
La idea, claramente no molesta a todos. "Yo estoy muy contento. Éste es mi nuevo colegio y no estoy nervioso porque ya tengo amigos. No me importa entrar en febrero, porque no voy a ver el festival", dice José Pablo Parra, de tercero básico, frente a una medida que ha sido catalogada por muchos como injusta.
Una iniciativa, que aunque no es del agrado de los alumnos, ya se ha vuelto una costumbre. "Es lo normal, siempre hemos entrado en esta época. Así que ya estamos acostumbrados, me da lata igual porque mis amigos entran a clases el 1 o el 6 (de marzo) y uno en febrero ya está en clases", cuenta José Leandro Vásquez, 13 años, quien espera en la puerta a sus amigos para entrar a la sala de su curso, Octavo básico.
Y aunque el temprano inicio de clases hizo pensar a muchos que tendrían más días libres en el año que el resto de los colegios, el director del establecimiento asegura que los niños y jóvenes "no deben hacerse ilusiones, pues no tenemos tiempo ni siquiera para tomarnos los días sándwich entre los feriados".
Por esta vez pasa…
Parado en la puerta del recinto estudiantil, el director, junto con saludar a sus alumnos, se dedicó a revisar los atuendos de los somnolientos escolares que cruzaban el umbral entre las vacaciones y el estudio.
"Venga para acá caballero. No puede entrar así", fue el llamado del director a un joven de IV Medio que no presentaba su uniforme completo: pelo largo, cinturón de tela de camuflaje militar y zapatillas blancas al parecer no era el atuendo indicado para el ingresar al aula.
Pero lamentablemente el adolescente no se salvó de entrar a clases. "Por esta vez pasa, pero mañana lo quiero decente", fue lo que dijo la máxima autoridad del Colegio Internacional Sek.
Las puertas del establecimiento se cerraron a las 8:31 horas, aunque por ser primer día, algunos rezagados ingresaron por la puerta chica. "Los que no lleguen hoy no serán sancionados, aunque desde mañana las normas como siempre", dijo el director, quien estimó un 95% de asistencia durante la primera jornada escolar de este 2006.
