Cómo han avanzado las 100 medidas de Bachelet
 El abogado Carlos Peña. |
 Óscar Godoy, cientista político. |
SANTIAGO.- Atrás quedaron los simbolismos de la elección del 15 de enero y del emotivo cambio de mando del 11 de marzo recién pasado en Valparaíso. La llegada histórica de una mujer a la Primera Magistratura ya no impacta tanto, y los ojos más bien están puestos en seguir de cerca su gestión, que hoy cumple justo un mes.
Según los expertos, hacer un análisis profundo durante el primer mes de gobierno es complicado, tomando en cuenta que todo cambio en la rutina implica un remezón y un posterior proceso de acostumbramiento a las nuevas condiciones; sin embargo, los analistas Carlos Peña y Óscar Godoy ya tienen una idea preliminar del nuevo estilo que impera en La Moneda: el estilo Bachelet.
"Michelle Bachelet ha logrado mantener ese estilo relativamente informal, con un grado importante de espontaneidad que mostró en los mejores momentos de su campaña", comenta el abogado y columnista Carlos Peña.
Un modo que a juicio de Peña ubica a la Mandataria en la vereda contraria de su antecesor, el ex Presidente Ricardo Lagos. "Ella es poco dada a los ritos de gran significación republicana, algo a lo que Lagos era muy dado", dice el abogado quien asegura que la figura de Bachelet representa un nuevo tipo de liderazgo que, a su juicio, no es del todo positivo.
"Mi opinión, así de buenas a primeras, es que no es bueno abusar de ese estilo tampoco. Los liderazgos políticos se hacen también de cierta distancia del sentido de la solemnidad, de una capacidad de manejar los límites", dice Peña.
En este sentido, sugiere a la Jefa de Estado que "atendiendo los rasgos históricos que ha tenido el liderazgo en Chile, sería bueno que sin traicionar esa comunicación fluida y sencilla, fuera también capaz de sostener momentos de mayor solemnidad que, sospecho, son más difíciles".
Con un poco más de cautela, el cientista político Óscar Godoy cree "ha pasado muy poco tiempo como para emitir un juicio". El analista basa esto en dos razones: en primer lugar, por los rostros nuevos del Gobierno, de los cuales no se tiene ninguna evaluación y porque las grandes tareas planteadas por la nueva administración (como, por ejemplo, la reforma previsional) requieren tiempo para ser analizadas y concretadas.
Por esta razón, Godoy asegura que la encuesta que la semana pasada le dio un 52% de aprobación al nuevo gobierno, entrega "como conclusión que ella aún tiene la aprobación de sus electores y que todavía el resto de los chilenos no tiene un juicio claro respecto de su calidad como gobernante".
Otra de las críticas que, desde la campaña, ha recibido la Presidenta es su falta de precisión en el tratamiento de algunos temas. Algo que es apoyado por Carlos Peña quien cree que "desde el punto de vista de la comunicación, a mí me parece que a ella se le nota su menor destreza en el área de las políticas públicas (...)
Yo diría que tiene un liderazgo carismático, donde su rol claramente es cohesionar equipos, fijar metas claras, pero el camino para llegar a las metas, tengo la impresión, no la conoce del todo bien".
A su juicio, esta condición no es necesariamente negativa, pues "el liderazgo presidencial suele ser así. Lo que pasa es que Lagos en eso nos mal acostumbró. Era un sujeto omnipresente".
Comisiones poco ciudadanas
Las cuatro comisiones formadas por Michelle Bachelet con el fin de generar las mejores propuestas para reformas en las áreas de previsión social, protección de la infancia, seguridad pública y sistema electoral también fueron abordadas por los analistas.
En este sentido, Peña asegura que "si alguna crítica uno puede formularle a las comisiones es que si uno mira atentamente la composición de éstas, en rigor se trata de expertos en políticas públicas, de personas que están allí no porque sean representativos de amplios sectores ciudadanos. Entonces estas comisiones de ciudadanas tienen poco, la verdad".
El riesgo, que según el analista, presenta este método de trabajo es que se presenta como democratización de la política algo que "no es más que la profundización de la técnica en la política", y además, dice Peña "se desprovee al Congreso Nacional, que es el lugar del diálogo ciudadano, de participación. Lo que va a ocurrir es que los proyectos de ley van a ser sólo plebiscitados en el Congreso, y este se va a reducir a votar a favor o en contra de cada proyecto, pero los parlamentarios no van a participar en el debate".
En este sentido, Peña asegura que, en su opinión, este sistema no debiera funcionar del todo bien porque "finalmente la vida política se hace de diálogo y se hace de deliberación y los partidos políticos tienen todo el derecho a participar, a promover intereses y a tener puntos de vista sobre este tipo de temas".
"Estamos todos expectantes de lo que ella haga
Por su parte y sobre este mismo asunto, Óscar Godoy es más optimista y asegura que, por ahora, existe una actitud de observación y de "estado de gracia. Estamos todos expectantes de lo que ella haga, no se ha hecho nada que la contradiga. Yo estoy contento y creo que el país está satisfecho en general, pero sin tener un juicio definitivo sobre cómo va a ser la calidad de su forma de gobernar".
Una oposición debilitada es lo que encuentra hoy Bachelet al iniciar su administración. Así lo observan tanto Carlos Peña como Óscar Godoy, quienes auguran que la relación entre el Ejecutivo y el ente fiscalizador que es la oposición no tendría grandes alteraciones debido a la frágil posición en la que se encuentra la Alianza por Chile, que sólo se limitaría a tener una política reactiva a las iniciativas del gobierno y no de propuestas concretas y alternativas.
"Yo creo que no va a haber grandes alteraciones porque la oposición está en un momento de real debilidad. No hay un proyecto ni un discurso alternativo, la derecha parece más bien desorientada, algo desolada con liderazgos envejecidos", declara Peña.
La tesis de la debilidad de las tiendas opositoras es apoyada por Godoy, quien es enfático en mostrar su decepción por la forma de actuar de los partidos de derecha.
"Han definido vagamente su mecanismo de fiscalización. No le han planteado al país un proyecto político de futuro (…) Esto me parece de una pobreza franciscana, y soy convencido de que la oposición está muy debilitada, muy decaída, lo que empobrece el debate", sostiene.
Gobierno "sin grandes novedades"
Sobre las proyecciones que ven a esta "Era Bachelet", las opiniones de ambos analistas son divergentes.
Peña, por un lado, asegura que el gobierno de la médico socialista
"no va a ser espectacular y tampoco tendrá grandes significados, como fue el gobierno de Lagos", pero agrega que si Bachelet cumple con las 36 medidas para los 100 primeros días de gobierno y con las grandes reformas sociales anunciadas, su administración será bien calificada.
Godoy, por su parte, dice tener "toda la impresión que va a ser más bien un gobierno de administración de un proceso en marcha sin grandes novedades", que al final se enfrentará a grandes encrucijadas como es el hecho de generar un proyecto que despierte interés en los chilenos de cara a las elecciones presidenciales del año 2010 y que mantenga a la Concertación en el poder por un quinto periodo presidencial.