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Todo lo que reveló Gemita sobre el "Jolo" en 2005

Aunque Gemita Bueno mintió mucho en el proceso judicial de Spiniak sí dijo la verdad cuando reveló la relación del sacerdote con la asistente social Leontina González. En junio del año pasado, Gemita dijo además que el cardenal sabía todo.

18 de Abril de 2006 | 13:34 | El Mercurio en Internet
SANTIAGO.-En junio de 2005, cuando ya había develado ante Chile que sus acusaciones en el caso Spiniak eran invenciones, Gemita Bueno sí confirmó lo que había adelantado un año antes: que el cura José Luis Artiagoitia, el cura “Jolo”, tenía una relación sentimental con la asistente social Leontina González.

A lo largo del extenso proceso, Gemita dio múltiples versiones sobre los hechos donde intentó involucrar al senador UDI Jovino Novoa, pero al final muchas de sus palabras terminaron siendo mentira.

Sin embargo, en donde no faltó a la verdad fue en que el cura “Jolo” tenía una relación amorosa y que pensaba pedir una dispensa para casarse, hecho que se concretó hace pocas semanas y que ayer fue confirmado por el mismo sacerdote.

En agosto de 2004 todos los medios de prensa hacían referencia a la versión de “Jolo” y su polola, la asistente social de la Fundación Nuestra Señora de la Guadalupe, pero el 5 de junio de 2005, al poco tiempo de haber confesado que había mentido sobre Novoa, Gemita habló con el cuerpo de Reportajes de “El Mercurio” y aseguró que “sería injusto que me condenarán sólo a mí”.

En su diálogo con los periodistas Sergio Espinosa y Cinthya Carvajal Gemita se refirió en estos términos al sacerdote que la había amparado. Y devela que el padre Artiagoitia ya había puesto en antecedentes de su situación personal al cardenal Francisco Javier Errázuriz, cosa que no se puede asegurar que es verdad.

Lo siguiente es la entrevista textual:

"La sotana protege al Jolo"

“Gemita establece que, con cierto esfuerzo, Artiagoitia ya no representa nada en su vida. Hoy, jura que nunca estuvo enamorada de él. "Yo al Jolo lo quise mucho... pero yo a él lo elegí como padre y creo que hasta el último día lo quería seguir protegiendo, porque pese a todo sentía un cariño enorme hacia él. Yo sentía que si decía que estaba enamorada de él, era la única forma que él se podía agarrar y decir "esta mina está diciendo esto porque está celosa". Era una forma de protegerlo. De hecho lo dijo, pero yo nunca he estado enamorada de él", asegura.

-Tú lo acusaste de ser padre de una guagua, que pensaba casarse con una funcionaria de la fundación y que tú misma lo habías acompañado a comprar la argolla de matrimonio, porque pensaba retirarse del sacerdocio... ¿es verdad?

-Es verdad. De hecho fui la primera que supo cuando él le pidió matrimonio a la Leo (Leontina González). Estaban en un restorán al frente del metro Santa Lucía y llaman y me dicen "Gema, Gema, vente, que te tenimos que dar una noticia". Y yo fui y me dijo "le acabo de pedir matrimonio a la Leo".

-¿Y pensaba retirarse?

-Él iba a pedir la dispensa, que es todo un trámite que hay que hacer, y después se iban a casar.

-¿No te dieron celos?

-No, yo de hecho los apoyaba en la decisión, porque me parece mucho más asqueroso que un sacerdote haga las cosas de un hombre común y corriente. Se supone que tiene la opción de decidir si quiere o no estar en el sacerdocio, pero no se salía porque estaba este caso. A él no le sirve ser común y corriente, le sirve ser un sacerdote. La sotana lo protege.

-¿Y por eso tienes rabia con la Iglesia y el cardenal Errázuriz?

-Porque el cardenal lo sabe.

-¿Qué sabe?

-Sabe todo lo que hace el Jolo, todo. No sé si lo comparte, pero no hace nada.

-¿Y sabe que, como dices, Jolo quiso involucrar a Novoa en el caso Spiniak?

-No, sabe de su vida personal. El cardenal es una cosa curiosa, porque cuando yo lo conocí, mandaba todos los días a decir con el Jolo que él rezaba por mí. Que yo era una niñita encantadora. Y resulta que a la niñita que le tenía tanto cariño jamás la fue a ver a la cárcel. Lo mandé a buscar como cinco veces, que por favor fuera porque necesitaba hablar con él.

-¿Qué necesitabas decirle?

-Quería preguntarle por qué se quedaba con las manos cruzadas y no hacía nada, si él era el jefe de la Iglesia Católica.

-¿Cómo se enteró de eso?

-Porque el mismo Jolo se lo contó.

-¿Cómo te consta?

-Porque yo lo escuchaba.

-¿Estabas ahí cuando ellos hablaron?

-Sí.

-¿Dónde hablaron?

-En la casa del cardenal.

-¿Cuándo fue eso?

-La fecha exacta ya no me acuerdo, pero como unas cinco o siete semanas antes que yo terminara con la historia.

-¿Y que le dijo el cardenal?

-Nada, que pidiera la dispensa.

-¿Y qué más le contó el Jolo?

-Le contó que tenía una hija. Bueno, de hecho le dijo al cardenal que no estaba seguro si era de él o no. Pero la guagua es igual a él.

-¿Y el Cardenal no se sorprendió?

-Yo no sé si el cardenal está operado de los nervios. No hizo nada.

-¿En qué terminó la reunión?

-Quedaron en que en octubre del año pasado el Jolo iba a pedir la dispensa, pero no la pidió porque yo me había retractado. A él no le sirve salirse ahora, porque un sacerdote es mucho más creíble que otra persona. De verdad yo siento que la sotana lo defiende”.