SANTIAGO.- Tras la controvertida y extenuante experiencia de ayer, en que el ministro de Educación, Martín Zilic, fue sometido durante tres horas a la primera interpelación parlamentaria, el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, anunció que propondrá una serie de cambios al debutante mecanismo.
El diputado PPD dijo que sería pertinente revisar algunos aspectos del reglamento de manera que la interpelación sea más útil a su rol fiscalizador y más comprensible no sólo para los parlamentarios sino también para la ciudadanía.
De esta manera, acogió los reparos que hicieron ver varios parlamentarios y ministros, quienes criticaron principalmente la excesiva extensión del interrogatorio.
Ante esto, el presidente de la corporación anunció que propondrá a los Comités Parlamentarios disminuir el tiempo de la interpelación ya que –a su juicio- las tres horas y media de ayer "se mostraron como excesivas e inconducentes".
Al mismo tiempo, dijo que propondrá acotar las preguntas del diputado interpelante y que el ministro pueda disponer de un cuestionario más preciso, de manera que tenga la posibilidad de preparar mejor sus respuestas.
"Lo que verdaderamente importa, desde el punto de vista de la fiscalización, no es sorprender al ministro y que éste no pueda responder, sino por el contrario que sus respuestas sean exhaustivas y documentadas y que ellas sirvan a la Cámara de Diputados para fiscalizar y a la opinión pública para conocer más a fondo las políticas del Gobierno", afirmó Leal.
El diputado recordó además que esta figura de la interpelación está en nuestra Constitución y es útil para aumentar la capacidad fiscalizadora de la Cámara de diputados. Agregó que hay que cuidarla como instituto ya que en nuestra historia este instrumento estuvo en el reglamento de la Cámara de Diputados en 1846.
Recordó que entró en desuso luego que se abusara de ella durante el régimen parlamentario, donde se utilizó como elemento de persecución política en contra de los ministros. Es obvio –señaló- "que ningún sector del Parlamento está por repetir una situación como ésa y más bien se está por actuar con responsabilidad".
Una vez finalizada la sesión de ayer, varios parlamentarios se acercaron al presidente de la Cámara para pedirle que se revise esta herramienta de fiscalización.
Las críticas apuntaron a que tres horas es demasiado tiempo para zanjar un tema que pudo resolverse en un lapso menor. Se consideró que como consecuencia de la rigidez del reglamento, que no permite interrupciones, los protagonistas quedan sometidos a un desgaste físico y psicológico excesivo.
Los primeros cuestionamientos los formuló el propio ministro de Educación, Martín Zilic, quien visiblemente agotado expresó que si bien concurrió con agrado a la Cámara para cumplir con una obligación constitucional, dijo que encontró excesivo para cualquier persona ser sometido durante tres horas a un interrogatorio.
El ministro del Interior, Andrés Zaldívar, dijo, por su parte, que esta experiencia debe ser revisada. "Yo he visto este tipo de interpelaciones en otros países, en especial en España; la gente tiene interés en verlos, pero cuando son debates contundentes y precisos. Creo que éste tiene que corregirse".
