VIÑA DEL MAR.- El Tribunal Oral en lo Penal de Viña del Mar declaró culpables a dos de los tres imputados en el homicidio del médico uruguayo Roberto Bianchi, perpetrado el 12 de agosto de 2005 en su residencia de Viña del Mar Alto.
Antón González, quien disparó contra el profesional, fue considerado culpable del delito de robo con homicidio, en tanto que Luis Astudillo, apodado "El Petete", fue considerado culpable de robo con intimidación.
En este último caso, el tribunal desestimó el argumento de la defensa en cuanto a que no había estado en el sitio del suceso sino jugando un partido de fútbol a la hora del crimen.
Los dos arriesgan penas que van entre los 10 años y un día a 20 años de prisión.
La viuda del doctor Bianchi, Gabriela López, dijo que estaba "un poquito decepcionada" porque esperaba cadena perpetua. El tribunal no podrá aplicar la pena máxima pues consideró que en el homicidio hubo dolo eventual y no directo, lo cual significa que el delincuente maniobró el arma sin la intención de asesinarlo pero sí de manera arriesgada.
La condena contra ambos acusados será dada conocer el próximo martes 28 a las 16:30 horas.
El tercer involucrado, Pedro Rocca Álvarez, detenido en Calama, fue conducido esta mañana al tribunal de garantía de Viña del Mar y se espera que sea formalizado en las próximas horas.
El tribunal, integrado por los jueces Mauricio Silva, Marcela Nash y José Delgado, puso término ayer al juicio oral después de cuatro días de audiencias.
En su alegato de clausura, la fiscal Alejandra Aravena reiteró la solicitud de penar con 20 años de presidio a González y Astudillo, como autores de robo con homicidio.
Por su parte, el representante de la parte querellante, abogado Lisandro Godoy, sostuvo que ambos imputados debían ser condenados a prisión perpetua efectiva (40 años), al quedar demostrada, a su juicio, la condición de homicidio calificado, al concurrir las agravantes de premeditación, escalamiento, uso de armas, alevosía y que el crimen se hubiese perpetrado en casa de la víctima.
A su vez, el abogado Andrés Benavides, defensor de Antón González, acusado de disparar un tiro a la cabeza del doctor Bianchi, tras atarlo de pies y manos y obligarlo a tenderse en el suelo, desestimó las agravantes, y sostuvo que la intención de su defendido no fue asesinar a su víctima, sino amedrentarla.
El guante de lana que usaba se habría enredado en el gatillo del revólver, disparando accidentalmente el arma.
El abogado Claudio Pérez, defensor de Luis Astudillo, cuestionó tanto la investigación policial como de la fiscalía, por la debilidad de las pruebas aportadas. Sostuvo que su defendido era inocente, porque a la hora de la comisión del homicidio se hallaba en otro lugar.
El tribunal ofreció la palabra a los acusados, que sólo Astudillo hizo uso para declararse inocente y señalar errores de la investigación, además de la calidad de delincuentes de las personas que lo acusan.