 Con estas armas fue encontrado Felidor Hermosilla en Puerto Montt (Foto: Mario Quilodrán / El Mercurio) |
TEMUCO.- En prisión preventiva quedó hoy Felidor Hermosilla Hollander, de 31 años, quien asesinó a sus dos ancianos padres en septiembre pasado, luego de que finalizara la audiencia de formalización de la investigación en el Juzgado de Garantía de Temuco.
En ella la jueza de garantía Cecilia Subiabre acogió la petición del fiscal Luis Torres y decretó la medida de cautelar para el acusado, informó Radio Digital FM.
El ex estudiante de veterinaria, agobiado por el crimen, concertó su entrega en Puerto Montt, ante personal de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, quienes lo encontraron en poder de cuatro pistolas, dos revólveres y tres rifles.
La investigación de la policía se inició luego de que se descubriera que los cadáveres de sus progenitores estaban enterrados en el patio de una vivienda que los tres compartían del sector Santa Elena de Maipo en Temuco.
En la audiencia,
el fiscal le comunicó que se iniciaba una investigación por tres delitos: doble parricidio, inhumación ilegal y porte ilegal de arma de fuego.
La jueza de garantía otorgó un plazo de siete meses para que se lleve a cabo la investigación, en la que el fiscal deberá indagar una serie de antecedentes que se han recopilado hasta ahora.
Tras ello se deberá concluir cuál es la pena que se aplicará, la que puede llegar hasta presidio perpetuo calificado.
Confeso
Hermosilla, quien era el único hijo del matrimonio, ya había confesado su crimen ante el fiscal Torres sin explicar el móvil que lo llevó a matar a sus padres. "Eso no lo tengo claro", dijo en su declaración, en la que admite la autoría.
Hermosilla es un tirador experto y socio de un club de tiro local. Según había señalado a familiares y amigos sus padres se habían mudado a Concepción.
La policía descubrió los cuerpos, con data de muerte de septiembre pasado, a fines de junio, aunque la investigación por la desaparición del matrimonio se había iniciado en febrero.
"Era un joven absolutamente normal. Mis tíos le dieron todo, nunca le faltó nada. Incluso, hasta viajaron con él a EE.UU. para incrementar su cultura y desarrollo personal. Quizás lo presionaban mucho en los estudios. Él era educado y tranquilo", dijo su prima Ana Hollander.
Ana Hollander agregó que su primo era un hijo ejemplar, nunca tenían discusiones, era respetuoso y siempre los acompañaba en sus viajes o los iba a dejar o buscar cuando viajaban en bus.