SANTIAGO.- Hasta los libros de los más prestigiosos historiadores de Chile hablan de los diaguitas, pero legalmente no existen. Es decir, no constituyen una etnia porque la ley sencillamente no los considera.
Este error podrá ser corregido hoy, una vez que el Senado apruebe un proyecto para incorporarlos oficialmente a los pueblos originarios de nuestro país.
En su época de esplendor (1200 al 1535 d.C.) los diaguitas llegaron a ser unos 30 mil, distribuidos entre las actuales regiones de Atacama y Coquimbo.
Pero sus descendientes hoy no superan los 1.500, casi todos con fuerte mestizaje, y se concentran básicamente en Alto del Carmen y Quebrada del Tránsito (III Región).
La propia ministra de Educación, Yasna Provoste Campillay es descendiente de diaguitas.
Si la moción parlamentaria es aprobada este martes por el Senado, los descendientes podrán presentar en la Conadi la fotocopia del carné de identidad y un certificado de nacimiento para recibir la acreditación de su calidad de indígena y, por lo tanto, todos sus beneficios, como la posibilidad de acceder a becas y programas especiales.
Los autores del proyecto destacan que pese a que algunos expertos afirman que la cultura, lengua y costumbres de los diaguitas han desaparecido, los habitantes de Atacama, que se autodefinen como diaguitas, hacen grandes esfuerzos por revivir sus tradiciones y su lengua originaria.
De esta manera, y siempre que el Senado no diga otra cosa, ellos se sumarán a los mapuches, aimaras, rapa nui, atacameños, quechuas, collas, kawashkar o alacalufes, y yámanas o yaganes.
Algunos datos
La cultura diaguita, posiblemente emparentada con los diaguitas argentinos, habría cruzado la cordillera para asentarse en los fértiles valles del Norte Chico. Se caracterizó por ser un pueblo agrícola y alfarero.
La manifestación artística más conocida es la cerámica, caracterizada por diseños geométricos aplicados en dos colores sobre una base de otro color.
El kakán era su lengua originaria, pero actualmente está extinta y sólo se conservan algunas palabras kakán en apellidos y nombres de lugares, como: Antofagasta, Chalingasta, Elqui, Sotaquí, Atacama, Calama, Toconao, Ticnamar, Combarbalá, etc.
