 Regreso a la libertad. (Foto: Juan Edo. Jaeger). |
FARELLONES.- Chile liberó el martes a dos cóndores, enormes y emblemáticas aves de los Andes, y a dos águilas que logró rehabilitar de heridas y abusos humanos, pero sobre sus alas se cierne la amenaza de un hábitat cada vez más hostil.
Funcionarios del Zoológico Nacional del Parque Metropolitano de Santiago y del Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino Chile-Argentina (PBCCA) soltaron las aves a los pies del centro de esquí de Farellones, 32 kilómetros al este de Santiago y a unos 2.400 metros de altura en la cordillera.
Uno de los dos cóndores, el macho, fue encontrado hace 10 días con su plumaje en malas condiciones en un urinal de vacas, mientras que a la hembra le fue peor: hace casi un año apareció agónica, intoxicada y con restos de perdigones en su cuerpo a orillas de una carretera al norte de Santiago.
Los cóndores, las mayores aves que vuelan, fueron tratados por un equipo de médicos veterinarios del Zoológico de Santiago y mantenidos en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de la Unión de Ornitólogos de Chile hasta su plena recuperación.
"Desde el año 1991 hemos recibido 1.200 aves rapaces, de las cuales aproximadamente el 35 por ciento ha logrado ser vuelta a su ambiente natural", dijo a Reuters Eduardo Pavez, director en Chile del PBCCA.
Pero las aves liberadas encaran un futuro difícil por la extensión de las ciudades que quita áreas ganaderas, su principal fuente de alimentación.
También aparecen como grandes peligros las líneas de transmisión eléctrica que se cruzan en sus rutas de vuelo y el envenenamiento de otros animales que luego son devorados por estas aves carroñeras.
"El mayor riesgo es el propio ser humano, ya que algunas personas pueden creer que ponen en riesgo sus rebaños de ovejas o tratan de acercárseles y la verdad es que a los animales hay que dejarlos en su medio y poder disfrutar de su observación", dijo Teresa Rey, directora del Parque Metropolitano de Santiago.
La liberación de las aves rehabilitadas "es nuestro granito de arena en cuanto a ayudar a conservar a los cóndores", añadió.
Se estima que sólo unos 700 cóndores vuelan por las montañas en la zona central de Chile, que tiene a esta ave, clasificada como vulnerable, como símbolo patrio.
Muchos cóndores, flamencos, pingJuinos o tortugas "son víctimas de ataques injustificados por parte de algunas personas que les disparan perdigones, envenenan o las compran a vendedores inescrupuloso", dijo el jefe del zoológico, Mauricio Fabry.
Además de los cóndores, los especialistas liberaron a dos águilas moras, típicas del país, que fueron robadas de un nido y luego recuperadas. Más tímidas que los cóndores, sobrevolaron el área donde fueron soltadas antes de perderse entre las montañas.
"Los cóndores que nosotros liberamos por el hecho de que ya tenían experiencia de vida libre lo más probable es que se van a insertar rápidamente. Un cóndor puede pasar dos semanas sin comer", dijo Pavez.
"En el caso de las águilas es una situación un poquito más delicada porque son ejemplares que no tienen experiencia de vuelo y van a tener que ubicarse en un entorno extraño. Es posible que no les vaya bien, pero hacemos lo que podemos y lo demás es cosa de suerte", agregó.