PUERTO MONTT.— Todavía están nerviosos los 8 náufragos que permanecieron ayer miércoles cinco horas a la deriva en un balsa inflable que se estaba hundiendo y que fueron rescatados mediante un operativo de la Armada. La motonave "Anastasia" en la que viajaban zozobró y se hundió a la cuadra de Contao, frente a la carretera Austral, unos 64 kilómetros al sur de esta capital regional.
Uno de los tripulantes recuerda que la tragedia comenzó cuando, en la madrugada, se desató un temporal de viento "y una ola gigante nos pegó de lado y desestibó la carga".
La MN "Anastasia" había zarpado cerca de las tres de la mañana desde Calbuco, donde hicieron hora, calculando llegar a las ocho a tres centros de cultivos de salmones ubicados en el Estuario de Reloncaví, donde tenían que entregar 85 toneladas de alimentos para peces.
La motonave había cargado en Cabo Froward, una planta marina cerca de Pargua, y estaba a menos de media hora de su destino cuando la ola la dejó inclinada y haciendo agua justo hacia la sala de máquinas.
Jorge Fuentes, recuerda que intentó pasar hacia ese sector, "pero me agarró la corriente y salí disparado".
Cuando se dieron cuenta de que no había más que hacer y no tenían otra salida, arrojaron al agua la balsa de salvataje, pero esta cayó al revés. A tirones lograron ponerla en la posición correcta y comenzaron a abandonar la motonave como manda la tradición marinera, es decir, las mujeres primero y por último, el capitán.
Hundimiento
No había pasado un minuto y medio, y la balsa, empujada por el viento, se alejaba de la nave siniestrada, cuando la embarcación de 21 metros de eslora (largo), se hundió en el océano.
Eran cerca de las seis de la mañana, continuaba lloviendo, estaban empapados, sin víveres ni ropas de abrigo, y sólo algunos, los que alcanzaron a ponérselos, tenían chalecos salvavidas, otros sólo saltaron, porque a la hora del naufragio, cinco de los ocho tripulantes dormían.
Pese a estas dramáticas circunstancias, mantuvieron siempre la calma, sobre todo después de que divisaron el helicóptero naval que probablemente los estaba buscando.
Los sobrevivientes creen que efectivamente se salvaron por milagro, ya que nadie sabe de dónde salieron los espejos que lograron hacer brillar y que llamaron la atención de los tripulantes de la motonave "Cacique", que fue la que finalmente los rescató.
"Llegaron muy a tiempo, porque la balsa se había pinchado y se estaba hundiendo", dijo Víctor Gallardo.
Una tremenda noticia es la que había ido a entregarle a su marido, maquinista de la motonave "Anastasia", Dorís Alarcón, la única mujer que estaba entre los sobrevivientes del naufragio. Doris se había ganado un premio de un millón de pesos en un sorteo. Fue a buscar a su marido para celebrar lo afortunados que habían sido.
Ella no sabía que el destino le tenía una premio mayor, pues en una circunstancia muy similar, hace poco menos de un año, otra nave, "la Punta Bruja", que cumplía las mismas funciones que la "Anastasia", pero que trasladaba pesos muertos de cemento, sufrió casi el mismo accidente. Una ola la volteó, la carga se desestibó y la motonave se hundió, llevándose a sus diez tripulantes.