SANTIAGO.- Enorme molestia existe por parte de la productora “La Nueva Opción", creadores del programa “La Nueva Opción, la hora pyme", transmitido por Más Canal 22, tras el término de la distribución de la señal a través del canal 99 de su oferta en el cable.
La medida fue conocida tras una reunión entre Jorge Díaz, Gerente General de la estación televisiva y Carlos Pontigo, dueño de la productora audiovisual.
El espacio, que en su último ciclo contó con la conducción del diputado Marco Enríquez-Ominami y la participación del presidente de la Conupia Iván Vuskovic, ve complicada su continuidad debido a que desde el pasado lunes 28 de enero la señal es utilizada por Espiritual Televisión (ETV Chile), canal de televisión evangélica.
Carlos Pontigo quien además es uno de los conductores del programa, manifestó su disgusto por la medida, pues pone en riesgo los acuerdos tácitos que existían con Jorge Díaz.
Las conversaciones para una quinta temporada del programa y para un proyecto adicional estaban avanzadas, pero esta repentina eliminación complica el escenario.
"Muchas personas nos veían a través del cable y al no contar con esta señal la audiencia y el presupuesto disminuye, pues las condiciones para nuestros auspiciadores no serían las mismas. Sería una lástima que una medida arbitraria de VTR rompa nuestra relación con Más Canal", declaró Pontigo.
Además, afirma que agradece los intentos de Jorge Díaz por evitar la decisión de VTR, pero entiende que es una determinación que no pasa por sus manos y que de ninguna manera la productora tomará acciones legales.
“Somos pymes y no podemos dar una batalla legal frente a una gigante de las comunicaciones como VTR. Sólo pedimos una explicación más detallada, pues desconocemos absolutamente el fondo de este asunto. Esperamos que pueda reconsiderarse la medida, ya que afecta seriamente nuestra fuente de ingresos", declara.
Por su parte, Más Canal 22 estudia realizar acciones legales en contra de VTR Banda Ancha S.A., por los daños causados que dejan a una gran cantidad de televidentes sin acceso a una señal de televisión abierta, considerando que se trata de una medida “unilateral, discriminatoria y monopólica".