SANTIAGO.- Después de que parlamentarios oficialistas demandaran una señal clara del Gobierno en cuanto a las indicaciones al proyecto de Ley General de Educación que se pueden apoyar, el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, dijo que se deben considerar aquellas que no desvirtúen el espíritu del acuerdo firmado con la Alianza hace seis meses.
"El interés del Gobierno es que ese acuerdo se cumpla y la Ley General de Educación sea aprobada en los términos que fue acordada. Ahora, si hay indicaciones que no desvirtúan el acuerdo general y que puedan mejorar (el proyecto) y ser consensuadas, evidentemente que esas indicaciones deben ser consideradas en el Parlamento", afirmó el jefe de gabinete.
En la rueda de prensa que sostuvo antes de partir de vacaciones el próximo viernes, Pérez Yoma se encargó de resaltar que el Congreso tiene "el derecho de poder mejorar los proyectos", pero lo importante es que tome en cuenta aquellas indicaciones "que no desvirtúen el acuerdo, sino que más bien lo reafirmen".
La decisión de llevar adelante el texto consensuado con la oposición fue refrendada por el vocero de La Moneda, Francisco Vidal. "La opinión del Gobierno y de la Presidenta es que ese acuerdo hay que firmarlo porque es un avance, porque deroga la ley de Pinochet, porque crea una nueva ley general, porque está la Superintendencia. Ahora, todo el avance que uno quisiera no, ¿saben por qué? Porque para cambiar una ley orgánica constitucional se requiere una mayoría de cuatro séptimos", afirmó.
Vidal agregó que "como el Gobierno no firma los proyectos ni vota con mano alzada ni voto ahí en la Cámara, le pide a sus parlamentarios que respeten el acuerdo, y si algunos parlamentarios dicen que no están de acuerdo con el acuerdo que firmaron ellos mismos (...), hay un punto en que uno tiene que hacerse responsable frente a la ciudadanía".
El portavoz de Palacio criticó a los legisladores que se oponen a aprobar el texto, asegurando que la "marca" de la Concertación ha sido "avanzar gradualmente, pero avanzar, y siempre nos hemos encontrado con gente que por quererlo todo, termina no moviéndose un milímetro".
En este punto remarcó que a Chile "le iría peor si por quererlo todo terminamos en el mismo lugar que estábamos en 1990".