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El milagro de la ballena azul esperanza a ecologistas chilenos

Por largos años nadie avistó en los mares uno solo de estos especímenes. Pero tras divisar a 47 en una sola semana este año, ratificó que es posible salvarlos.

21 de Junio de 2008 | 06:23 | DPA
SANTIAGO CHILE.- Hubo largos años en que nadie avistó en los mares un solo espécimen de ballena azul. No quedan más de mil, resignaron los científicos y pregonaron su extinción.

Sin embargo, este año biólogos chilenos del ambientalista Centro de Conservación Cetácea (CCC) divisaron 47 especímenes en una sola semana en una bahía de la isla chilena de Chiloé, en Sudamérica.

Fue el triunfo más visible de la moratoria en la caza de estos animales, impuesta en 1986 por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), dijo Milko Schvartzmann, coordinador en América Latina de Greenpeace.

El hito inevitablemente marcará además el debate en la 60 reunión de la CBI, que se realizará entre el 23 y 27 de junio en Chile, país que recibirá el encuentro declarando sus mares santuario ballenero.

El descubrimiento además ratificó que es posible salvar a estos mamíferos. "Pero hay que admitir que otras especies no avanzaron en su recuperación, como la ballena franca", advirtió Schvartzmann.

Sin embargo, eso no preocupa a los chilenos y los defensores de la ballena azul. La presidenta del CCC, la bióloga Bárbara Galletti, recordó que la experiencia de observar al mamífero más grande del planeta "fue un espectáculo difícil de olvidar".

"Todos los días las vimos. Sus enormes colas entraban y salían del agua", evocó, al recordar la expedición que hizo en marzo a bordo de un barco de pescadores artesanales por la zona de avistamientos.

Pero más allá de las emociones, el director en Santiago de la organización Ecoceanos, Juan Cárdenas, cree que la posibilidad de conservar estos cetáceos "tendrá un efecto sobre la biodiversidad".

"Las ballenas tienen un papel en el viaje de nutrientes y sus esqueletos ayudan a formar corales", explicó la oficial de campañas del Fondo Internacional para Protección de los Animales, Aimee Leslie.

Sin embargo, Schvartzmann opina que la labor será cada vez más difícil, debido a los problemas ambientales que afectan a los mares.

Entre ellos citó la creciente contaminación química y acústica, los problemas derivados del calentamiento global y la mayor radiación ultravioleta, originada por el adelgazamiento de la capa de ozono.

Este último factor afecta las poblaciones de microorganismos marinos, como el krill, base de alimentación de la mayoría de las ballenas. De hecho, la ballena azul ingiere ocho toneladas diarias.

Pero los deseos ambientalistas toparán con la oposición de los países a favor de la cacería, liderados por Japón, Noruega e Islandia, naciones para las cuales la industria ballenera no es estratégica, pero sí representa un símbolo de las políticas pesqueras globales.

En el medio del debate, el gigante de la tierra, el único animal vivo más grande que los dinosaurios, intentará seguir navegando entre la Antártica y el Ecuador, como lo hizo desde antes del hombre y la pesca.
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