Insulza: “Uno entró a la política para cambiar al mundo y eso a mí no se me ha quitado”

SANTIAGO.- De los desafíos de la Concertación, de la flexibilidad laboral, de la distribución de la riqueza, de educación, de la inscripción automática, de todo eso y más habló esta noche el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, durante un encuentro con jóvenes representantes del mundo universitario, cultural y sindical, en un café de Bellavista.

La actividad -que forma parte de la intensa agenda política que ha desplegado el ex ministro en su nueva visita a Chile- se extendió por cerca de dos horas, durante las cuales Insulza hizo hincapié en que la Concertación cumplió una etapa y ahora debe buscar nuevos caminos para justificar su permanencia en el poder.

En esa línea afirmó que un nuevo gobierno oficialista “vale la pena en la medida que tenga un programa de cambio, de transformación social”, porque de lo contrario, advierte, la ciudadanía buscará otras opciones.

A su juicio, el conservadurismo y el conformismo con lo realizado ya no sirven, y pese a que le gustaría “que no hubiera disidentes, ni díscolos, ni ninguna de esas cosas”, cree que es necesario reconocer que estamos en periodo de cambios. “La transición ya terminó y ahora se trata de cambiar esta sociedad injusta en muchos aspectos”, sostuvo.

Tras citar a Óscar Wilde, Hobbes, Rousseau y Aristóteles, Insulza recordó sus primeros años en política e insistió en que el orgullo por lo ya realizado no debe paralizar a la Concertación.

“Uno entró a la política para cambiar al mundo y eso a mí no se me ha quitado”, manifestó.

Sin embargo, dijo ser partidario de los cambios graduales para que no ocurra lo que sucedió con el Transantiago. “En un día le quisimos cambiar la vida a seis millones de chilenos y todo sabemos lo que sucedió, no resultó”, señaló.

Muy atentos a sus palabras, los jóvenes, autodenominados ‘hijos de la democracia’, coincidieron con la visión del ex ministro y le expresaron su deseo de que retorne pronto a Chile para encabezar un proyecto político.

La tertulia finalizó con un cerrado aplauso para el invitado (quien aún insiste en que no es candidato) y un “se siente, se siente Insulza Presidente”.