Larraín propone volver a la antigua malla de recorridos.
Mario Muñoz, El MercurioSANTIAGO.- Pocas horas después de que su partido analizara la posibilidad de acusar constitucional al ministro de Transporte, René Cortázar, por la compleja situación que enfrenta el financiamiento del Transantiago, el senador de la UDI Hernán Larraín precisó que es necesario terminar con el sistema.
"Llevamos más de un año y medio y la verdad es que no funciona. Fracasó y es hora de decir no más Trasantiago, no más humillaciones, no más atrasos. Yo terminaría con el Transantiago a la brevedad", dijo Larraín en entrevista con radio ADN, al tiempo que agregó que el sistema "no tiene arreglo".
En ese sentido, refrendó la postura de los senadores de la Alianza que ya anunciaron que votarán en contra del poyecto del Ejecutivo que entrega un subsidio permanente al plan, el que será discutido en las próximas semanas en la Cámara Alta.
Para Larraín la solución a los problemas que ha ocasionado la implementación del Transantiago pasa por una nuevo cambio, esta vez más radical, que rescate la antigua red de recorrido de las antiguas "micros amarillas", rescatando el uso de las tarjetas BIP! como medio de pago.
El legislador precisó que una de las principales dificultades que ha tenido el plan para funcionar de acuerdo a lo esperado por las autoridades son los problemas de infraestructura como la estrechez de las arterias más importantes de la capital, la ausencia de vías adecuadas para los buses oruga, lo que provoca gran congestión vehicular.
Haciendo hincapié en que se debe actuar cuanto antes para detener las pérdidas que genera el plan mensualmente, Larraín dijo que la cifra equivale a derribar un centro hospitalario cada 30 días.
Alza en los pasajes
Confiado en que un servicio de calidad motivaría a los usuarios a desembolsar más dinero a cambio de una viaje más corto y confortable.
Al respecto, indicó que "si se hubiera mantenido el servicio de las micros amarillas, esos $ 380 que la gente está pagando hoy día probablemente sería $ 500 o 550. La gente no haría de eso un problema. El tema, más que en la tarifa, está en la calidad del servicio", destacando la falta de incentivos para que los operadores mejoren sus prestaciones.