Embajadora de Venezuela recibe nota de protesta por expulsión de Vivanco

SANTIAGO.- En horas de la tarde la embajadora de Venezuela en Chile, Lourdes Urbaneja, acudió a la Cancillería para recibir la nota de protesta que el Gobierno de Michelle Bachelet envió a su par de Venezuela para expresar su molestia por la expulsión del director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.

La diplomática llegó a la sede del ministerio de Relaciones Exteriores por una puerta lateral, para evitar el contacto con la prensa que la aguardaba desde la mañana, tras anunciarse que hoy se concretaría la entrega de la nota.

En la reunión con el Director General (s) de Política Exterior, el embajador Carlos Appelgreen, la representante venezolana también recibió la respuesta del ministro Alejandro Foxley a la carta que la semana pasada le envió su par venezolano, Nicolás Maduro, para exigirle disculpas por criticar al Presidente Hugo Chávez tras la cumbre de Unasur.

La misiva enviada por el canciller venezolano critica las "desafortunadas e injustas declaraciones" que a su juicio realizó Foxley a la televisión chilena, como "única nota discordante de una jornada histórica" vivida el lunes 15 de septiembre en Santiago.

La embajadora abandonó el edificio José Miguel Carrera eludiendo otra vez el contacto con los periodistas.

Su visita fue confirmada por el canciller (s), Alberto Van Klaveren, quien no quiso revelar el contenido de la nota de protesta, pero sí adelantó que "no es una nota de agradecimiento por las opiniones que se vertieron sobre mi persona ni tampoco respecto de la expulsión de José Miguel Vivanco".

Según comentó, en ella se expresa "preocupación" y "malestar por la declaración que emitió en su momento el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela" por el rechazo a la expulsión de Vivanco.

La autoridad chilena sostuvo que con este trámite se está "cerrando un ciclo", ya que "hay temas más importantes que considerar", como el rol de Unasur frente a la crisis boliviana. En ese sentido, dijo que la Cancillería aspira a que no se siga adelante con "una espiral de comunicaciones, de respuestas, de preguntas, etcétera".