Universitarios que "espantaron" a encapuchados relatan su inédita defensa

SANTIAGO.- “Uno preguntó: ‘¿Por qué no los echamos?; ¡Vamos a quitarles las cosas a los flaites!, gritaron otros (...)'. Pegamos un chiflido y todos nos siguieron” cuentan dos estudiantes de la universidad del Bío Bío de Concepción, quienes ayer, junto a otros 50 universitarios –rugbistas y futbolistas-   se enfrentaron en una batalla campal, a las afueras del establecimiento, para evitar que un grupo de 15 encapuchados protestaran con barricadas en la entrada del recinto.

Los estudiantes Cristián Neira de Construcción y Esteban Tolosa, de Ingeniería Civil, todavía no asimilan el enfrentamiento que protagonizaron ayer; estaban compitiendo en un partido de fútbol y de un momento a otros se vieron trenzándose a golpes con un grupo de manifestantes que comenzaron a hacer desmanes en el establecimiento.

“Fue algo espontáneo que explotó por la rabia que venimos acumulando hace tiempo, cada vez que estos tipos se toman la U, nos meten a todos dentro del mismo saco (...). Ese día coincidió en que estaban las tres canchas ocupadas con futbolistas y rugbistas, nos empezamos a agrupar y partimos a echarlos”, recuerda Neira.

Según comentan, todo empezó cuando un grupo de manifestantes comenzaron a trasladar un carro con “porquerías” para incendiar y lanzarles a los carabineros, “cuando nos percatamos, les empezamos a gritar: ‘váyanse a protestar a sus casas, tenemos crédito y queremos estudiar tranquilos’”, dice Neira.

Ante esta situación, los encapuchados se pusieron nerviosos y comenzaron a lanzar piedras a las canchas de fútbol, “ahí se armó todo, porque nos dio mucha rabia”, aclara el estudiante de Construcción, quien asegura que aunque el rector aún no les dice nada, algunos auxiliares ya los han felicitado.

El enfrentamiento, que se desarrolló en el puente cercano a la universidad, duró pocos minutos, pero fue “duro”. Los encapuchados les lanzaron piedras, palos y boleadoras, de hecho a dos alumnos los alcanzó una bomba molotov, quemándoles los pies.

“Nosotros agarramos unas piedras y ahí nos atacaron. Cuando se les terminaron las molotov, que eran cerca de cinco o seis, no les quedó más que tirarnos unas piedras desde lejos, patear el piso y aletear. Seguramente les aguamos la fiesta, para pelear con los carabineros, que venían organizando hace días”, dice Tolosa.

Uno de los más perjudicados fue Neira, quien recibió el impacto de una bomba en su pie, la que le provocó quemaduras leves. “Ojala hubiéramos identificado por lo menos al que nos tiró la bomba, el muy desgraciado lo hizo a dos metros de nosotros”, relata el estudiante.

Con miedo, pero no arrepentidos

“Jamás pensamos que ellos iban a ser capaces de tirarnos bombas”, cuenta Neira, asegurando que al principio de la pelea no le dio miedo, ya que “no íbamos a pegarles, sino que a echarlos porque ya nos tienen hartos”.

Sin embargo, cuando llegaron al lugar y se percataron de las “armas” que tenían los manifestantes, se preocuparon.

“No sé si lo volvería a hacer, fuimos muy arriesgados, yo estaba con zapatos de fútbol, me resbalé y me llegó un palo en la espalda, pero no estoy para nada arrepentido”.

Respecto al tema de las amenazas, reconoce que “igual” está un poco preocupado porque “estos tipos son peligrosos y yo no los vi, pero ellos nos tienen identificados a todos”.

La misma preocupación tiene el padre de otros de los protagonistas, quien no quiso revelar los datos de su hijo, ya que según él, todos saben que no se trata “simplemente” de un grupo de encapuchados.

De todos modos, los alumnos aseguran estar satisfechos con lo que hicieron ayer, “no se trata de tomarse la justicia con las propias manos, pero fue una gratificación haberles dado una lección”, sentencia Neira.