Pilar Pérez tendría un trastorno antisocial de la personalidad.
Mauricio Palma, El MercurioSANTIAGO.- A partir de los antecedentes exhibidos en la prensa y sin la intención de efectuar un diagnóstico, el psicólogo clínico y académico de la Universidad Central, Miguel Arias, da luces sobre los rasgos psicológicos de María del Pilar Pérez, acusada como instigadora del crimen del economista Diego Schmidt-Hebbel.
A juicio del profesional, la imputada sufriría de un trastorno de la personalidad de tipo antisocial, caracterizada por la falta de empatía y de sentimiento de culpa, lo que no implica que no pueda ser imputable ante la justicia, puesto que no padecería de demencia, donde el juicio de la realidad se encuentra alterado.
"Por la información que se conoce, es una persona que tiene una forma particular de contactarse con sus emociones, es capaz de hacer una planificación a largo plazo para causar daño a otro, incluso en un círculo cercano, y podríamos decir que se acerca a un cuadro de trastorno de personalidad antisocial", señala.
Recalca que "no es capaz de respetar los intereses y necesidades de otro ni la vida de otro, que es uno de los elementos básicos".
Arias explica que el trastorno antisocial se caracteriza por la falta de empatía "o imposibilidad de sentir respuesta emocional donde otros sentirían". "Son personas que tienen una relación más bien fría y calculadora, sobreponen sus intereses, no respetan los bienes de terceros. Es una mirada más egocéntrica", apunta.
En el caso de María del Pilar, indica que el crimen en el que se vio involucrada no parece ser fortuito, sino que sería más bien expresión de un patrón de conducta. "Desde su historial, hay una consistencia que tiene que ver con hacer daño o sobrevalorar sus propios intereses, no es que se emborrachó y causó daño", dice.
Sobredosis: Otra maquinación
En su opinión, el principal móvil del crimen no sería el dinero, que es más bien "un símbolo de status y poder". "Tengo la impresión de que el dinero sólo refleja una necesidad de ocupar un espacio que se configuró dentro de su familia, lo que busca es un control, estas personas se caracterizan por un excesivo control", indica.
También se refiere a la forma en que la imputada se comportó en la audiencia de formalización, cuando se mostró impávida y en ocasiones reía histriónicamente. "Son personalidades que viven un ritmo que pareciera desconectado de una coherencia externa, se ríen en momentos en que son tensos y no corresponde. Tiene que ver con la falta de empatía, falta de asertividad", señala.
En cuanto a la sobredosis de medicamentos, el especialista se muestra escéptico de que el móvil fuera el suicidio debido a la baja tasa de muertes por esta causa. "Se podría suponer que es un acto de manipulación, probablemente su gran desesperanza tiene que ver con su propia emoción, con que la pillen a ella, no es que ella se sienta culpable por el acto que cometió", afirma.
No sería inimputable
A pesar de que, a juicio del especialista, María del Pilar padecería una patología psiquiátrica, indica que la mujer no sería inimputable ante la justicia, puesto que su sentido de realidad no estaría alterado. "Lo inimputable tiene que ver con la demencia y eso tiene que ver con otro ámbito bastante más específico", explica.
"Por lo que puedo observar, no estaríamos frente a una situación de una persona inimputable porque no hay una demencia declarada o diagnosticada hasta el momento. En la demencia, el juicio de realidad está alterado, hay una disposición bastante más inconsistente en el contacto con la realidad", señala Arias.
A modo de ejemplo, cita el caso de Augusto Pinochet, a quien le fue diagnosticada demencia. "En el caso de Pinochet, se tomaba como una variable de demencia si firmaba o no firmaba cheques. Si una persona firma cheques y administra sus cuentas uno puede inferir que tiene un juicio de realidad bastante conectado. Un demente probablemente no pueda manejar sus finanzas", dice.
Como muestra del adecuado juicio de la realidad que tendría María del Pilar Pérez, Miguel Arias hace ver que la mujer fue capaz de idear un plan para asesinar a una persona y preocuparse de sus detalles hasta poco antes del crimen. "Sus acciones están más cerca del delito que de la demencia", sostiene el especialista.
Finalmente, se refiere a la condición de "maldad" que se le atribuye a la imputada, señalando que "desde la psicología, no ocupamos estos términos, la maldad tiene que ver con una evaluación social. Lo que sí podemos evaluar es la ausencia del sentimiento de culpa o una conducta fría o psicopática, ausente de emoción".