SANTIAGO.- La mañana del 21 de diciembre de 2007 el país se estremeció con la noticia: Una mujer fue encontrada en el portamaletas de un automóvil con cuatro balazos en la cabeza en la comuna de Ñuñoa. Se trataba de la ejecutiva bancaria María Soledad Lapostol, de 55 años, cuyos familiares habían denunciado a la policía un presunto plagio durante la noche anterior.
La brutalidad del crimen, la ausencia de un culpable y el enigma sobre lo ocurrido acaparó la atención de la prensa, que comenzó a difundir todos los antecedentes que surgían, como las llamadas telefónicas que efectuó la víctima la noche del crimen, los mensajes de texto enviados por los captores a la familia y los datos que indicaban que el vehículo en que estuvo retenida circuló por diversos puntos de Santiago, incluso en un motel de La Florida.
También se conoció la existencia de un video de seguridad donde aparecía el presunto culpable, el que días después fue difundido por la policía. En éste se mostraba al individuo en un ascensor, mientras se dirigía a la oficina de María Soledad Lapostol, en avenida El Bosque, para que la ejecutiva le mostrara el Mitsubishi Montero de un amigo que ella le estaba ayudando a vender.
En medio de los llamados de la familia de la víctima para que se hiciera justicia y la difusión de imágenes de una obra de teatro donde la ejecutiva protagonizaba su propia muerte, cinco días después del crimen la policía liberó el video donde se ve el rostro del presunto autor del hecho, que fue reconocido por su madre.
Se trataba de Luis Araya Galaz, de 33 años, con antecedentes por robo, a quien un test de ADN lo sindicó como el conductor de la camioneta donde fue encontrado el cadáver de la ejecutiva.
Captura de Araya Galaz
Tras intensas pesquisas de la policía para dar con su paradero, finalmente el 13 de enero de 2008 , a 22 días del crimen, Araya Galaz fue detenido por carabineros del OS-9 cuando estaba junto a su pareja cerca de Plaza Ñuñoa. "Tranquilo, no pasa nada. No tengo armas", le dijo a uno de los efectivos que lo capturó.
Se supo que su rutina durante los días en que estuvo prófugo consistía en cambiar constantemente de "casas de seguridad", siendo apoyado por un círculo de protección que incluía a familiares, amigos y ex compañeros de prisión.
Araya Galaz fue formalizado por el secuestro y homicidio de la ejecutiva, aunque él desde un primer momento culpó a otras dos personas por el hecho, y quedó recluido en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS). En su declaración, reconoció haber participado en el secuestro de Lapostol y utilizado sus tarjetas de crédito, pero negó haber jalado el gatillo la noche del crimen. No obstante, su coartada no ha podido ser sustentada durante la investigación.
Tras la detención de Araya Galaz, sobresalen algunos episodios en el caso, como su polémica exhibición en el programa "Enigma", de TVN, y la internación del sujeto, en abril pasado, tras ingerir medicamentos mientras se encontraba recluido en la CAS.
Con meses de retraso y a casi un año del brutal crimen, hoy comienza el juicio oral de Araya Galaz, el único imputado en el caso, quien arriesga hasta 65 años de cárcel por los delitos de robo con violencia e intimidación (15 años), secuestro con homicidio (40 años, presidio perpetuo calificado), uso indebido de tarjetas de crédito (5 años) y receptación de especies (5 años).
La fiscalía anunció que presentará 40 testigos y 26 peritos que intentarán acreditar que Araya Galaz secuestró a su víctima, la mantuvo retenida y le dio muerte la madrugada del 21 de diciembre del año pasado. No obstante, se adelantó que durante el juicio oral se revelarán detalles del caso desconocidos hasta ahora.