La noche del 25 de diciembre se perpetró el segundo robo del año a la productora Twist. Los vecinos intentaron comunicarse con el 133 por casi media hora. No hubo respuesta.
Raúl Maldonado, El Mercurio.SANTIAGO.- La noche del 25 de diciembre un grupo cercano a los cinco individuos entró al inmueble ocupado por la productora Twist, en pleno corazón de Providencia, y perpetró un robo que arrojó pérdidas por casi $7 milllones.
Mientras los antisociales se encontraban al interior de las oficinas fueron vistos por algunos vecinos, quienes de inmediato intentaron pedir auxilio al 133, teléfono de emergencias de Carabineros.
Sin embargo, y a pesar de insistir por alrededor de 30 minutos, no obtuvieron respuesta por parte de la policía, relataron los testigos.
A este caso particular, se suma una veintena de alegatos hechos a través del sitio web www.reclamos.cl; el problema es el mismo: el 133 no responde los llamados.
Por supuesto, se trata de un tema preocupante, pues ese teléfono es el puente de conexión directo entre las víctimas de delitos y la policía. El 133 es un teléfono que puede salvar vidas y prevenir otras desgracias, rezan siempre las campañas.
Ante esta situación, Emol conversó con el mayor Patricio Araya, jefe (s) de la Central de Comunicaciones de Carabineros de Chile.
Para el mayor Araya la respuesta es clara: la población hace un mal uso del teléfono de emergencias.
Según el uniformado, el sistema operativo que gestiona la recepción de llamados al 133 tiene tecnología de punta y cumple con estándares de calidad internacionales. "Es un sistema canadiense de última generación", detalla.
A La Central de Comunicaciones llegan entre 15 y 17 mil llamados diarios en promedio, sólo en la Región Metropolitana. De ese total, entre 4 y 5 mil desecadenan en procedimientos efectivos, es decir, en el envío de uniformados al lugar de los delitos.
El resto, son llamadas no contestadas, llamadas en las que nadie habla, "pitanzas" o personas que solicitan servicios para los que no está destinado el 133, como solicitud de información, por ejemplo.
"Hay una gran cantidad de personas que hacen un uso inadecuado del servicio", sostiene el mayor Araya. "Diariamente, cerca de un 40 por ciento de los llamados es de este tipo", puntualiza.
El teléfono de emergencias funciona durante las 24 horas, los 365 días del año y en él trabajan 31 operadores simultáneamente.
El sistema tiene una espera máxima de 7 llamados por telefonista, o sea, sólo si los 31 uniformados están hablando y todos tienen a 7 usuarios en espera, recién entonces el número suena ocupado.
Cuando una persona llama, el sistema le arroja la cantidad de llamados efectuados por ese número de teléfono en los últimos doce meses. A esa información, que llega en forma automática al carabinero de turno, dentro de muy poco tiempo se sumará la identificación de la dirección a la que pertenece el teléfono.
El mayor Araya insiste en que el sistema funciona bien y que los colapsos y las llamadas no contestadas, generalmente, son producto del elevado número de personas que utiliza el servicio en forma inadecuada.
"El 133 es un teléfono de emergencia y eso es muy importante que la ciudadanía lo entienda. Para las informaciones está el 139. El uso del 133 es un tema de conciencia nacional", sostiene.