SANTIAGO.- Esta noche, quedó detenida Jeannete Hernández, madre de los hermanos Esteban (8) y Pablo Rojo (15), quienes fueran atacados violentamente el 17 de enero del año pasado, en su casa en la comuna de Puente Alto.
A raíz de las diversas contradicciones que sostuvo en sus declaraciones desde el inicio de la investigación -se extendió por 12 meses-, que costó la vida al menor de los niños y dejó gravemente herido al mayor, tras golpearlos con un objeto contundente, la Fiscalía determinó cursar la orden de aprehensión en su contra.
Fuentes ligadas a la investigación indicaron que Hernández fue capturada cuando iba a visitar a su hijo Pablo en la comuna de Peñalolén. Tras esto, fue trasladada hasta la posta de Ñuñoa para constatar lesiones y luego ser derivada hasta las dependencias de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones.
El fiscal a cargo de la investigación Alejandro Peña destacó que "después de un año de investigación se ha logrado configurar presunciones fundadas de participación en calidad de autora de los delitos de parricidio y parricidio frustrado".
Por este motivo, este jueves, a partir de las 10 de la mañana, Hernández será sometida al control de detención y luego formalizada en el Tribunal de Garantía de Puente Alto, por ambos delitos, al ser sindicada como la autora mediata de ambos.
No obstante, se desconocen aún las motivaciones que tuvo para atacar a los menores, cuando pestaban al interior de su domicilio en calle Punta Arenosa en la Villa Capilla.
Ya la policía, tras las pesquisas, como informó "El Mercurio", habían determinado que el motivo de la muerte de Esteban Rojo (8) y las graves lesiones de su hermano Pablo (15) por golpes en la cabeza no fue un robo, sino que expertos de la Brigada de Homicidios establecieron que en la escena del crimen había pistas "artificiales", que formaban parte de un montaje de parte del autor del brutal ataque.
Por ello, según las últimas diligencias en el sitio del suceso, se definió que el culpable sabía en qué escenario se movía, razón por la que las miradas de la policía se centraron en el círculo familiar de las víctimas.