SANTIAGO.- Aunque aún dice conservar esperanzas de que surja un donante para Felipe Cruzat, prioridad nacional para transplante de corazón, su padre, Gonzalo Cruzat, asegura que el niño, de 11 años, está cada vez más débil y ya no confía ciegamente en que su corazón va a aparecer.
"Son tantos días de espera que no sabemos realmente si Felipe va a alcanzar a trasplantarse. Felipe se angustia también de saber que su vida depende de un corazón y que se está complicando, que cada vez está más débil y se nota que ya no nos cree tanto que su corazón va a llegar, ésa es la verdad", confiesa.
En cuanto a la familia, dice que conservan la esperanza, "pero vamos viendo que la cosa se está haciendo realmente difícil. Estamos sumamente preocupados porque Felipe necesita trasplantarse ya y es sumamente angustiante ver que el corazón no llega, ya vamos en el día 25 de espera y no hay un corazón para Felipe".
No obstante, dice que están "un poco más tranquilos de que se haya superado parcialmente la descompensación que tuvo Felipe, todavía no está totalmente recuperado, yo lo acabo de ver, y ahora está pagando un poco las consecuencias de toda la cantidad de medicamentos que se le suministraron".
En cuanto a la demora en la aparición de un órgano, Gonzalo Cruzat dice que "sabemos que hay muchos posibles donantes que se van perdiendo en el camino y eso yo lo encuentro increíble. Yo no me imagino una familia que pudiendo darle vida a un niño tome la decisión de no dársela, no es un problema solamente de las familias, es un problema general del sistema que se debe arreglar".
Felipe Cruzat espera desde el pasado 13 de enero por un nuevo corazón internado en el Hospital Clínico UC. Aunque los médicos no han dado plazo para que se produzca el trasplante, la madrugada del pasado el menor sufrió una complicación producto de un cuadro infeccioso, del que evoluciona favorablemente. Tanto los médicos como su padre han percibido un decaimiento en su estado anímico.