SANTIAGO.- La Clínica de la Universidad Católica reconoció este viernes haber sido estafada en más de 600 millones de pesos por dos funcionarios que hoy se encuentran formalizados, confesos y sujetos a medidas cautelares.
Mediante una declaración pública, el recinto de salud explicó que los controles internos adicionales permitieron detectar "inconsistencias en algunas partidas financieras, que condujeron a establecer que la organización había sido defraudada".
Por esta razón presentó inmediatamente una querella criminal ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago y la Fiscalía Metropolitana Centro Norte inició una investigación a cargo de la fiscal Ximena Chong.
La indagación arrojó que los ilícitos se ejecutaron reiteradas veces, "durante un importante lapso de tiempo", mediante procedimientos fraudulentos y engañosos que ahora se encuentran en etapa de investigación por la Fiscalía Local de Delitos Económicos.
En ese contexto, el 25 de agosto se logró la detención de los involucrados. Se trata del ex encargado de las remuneraciones, Exequiel Marín, y su ayudante Marco Ravello, quienes habrían abultado sus sueldos en forma fraudulenta.
"La clínica repudia enérgicamente la trasgresión a la confianza depositada en quienes fueron parte de estos hechos e impulsará enérgicamente todas las acciones destinadas a obtener la más severa sanción de sus responsables y la recuperación del patrimonio defraudado", indicó el centro de salud.
De igual forma, el establecimiento se encargó de recalcar "que estas lamentables circunstancias no afectan materialmente a su personal, y de ninguna manera compromete su capacidad asistencial y financiera".