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Las mejores "imágenes" y momentos de un debate que sólo se escuchó

ME-O se cambió el traje; Piñera usó una corbata roja de cábala; y a Frei no le funcionó el micrófono. Repase aquí la trastienda que no salió al aire.

09 de Octubre de 2009 | 16:14 | El Mercurio Online
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En pleno debate, ME-O tuvo hasta tiempo de bromear con uno de los técnicos.

Andrea Robles, El Mercurio

SANTIAGO.- Un ambiente más distendido y a los candidatos más relajados es lo que lo que se “vio” en el segundo debate presidencial de este año, que organizó la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi).


A diferencia del que organizó TVN, en esta ocasión los aspirantes a La Moneda no conocieron con anterioridad las preguntas, hubo más tiempo para réplicas y los periodistas a cargo del evento pudieron ser más incisivos con los temas.


El primero en llegar fue el candidato del Juntos Podemos, Jorge Arrate, quien a las 7.35 de la mañana ya estaba en el Universidad Mayor, donde se realizó el encuentro. Media hora después apareció Sebastián Piñera, de la Coalición por el Cambio; el independiente Marco Enríquez-Ominami (ME-O); y Eduardo Frei, de la Concertación.


Inusualmente, ME-O llegó con un traje gris, pero al momento de comenzar el encuentro estaba con el ya reconocible y particular terno negro. Según él, se lo cambió por la vibración “erótica” que el primero hacía ante las cámaras, sin embargo, parece que se le olvidó que el debate era radial.


Esta vez, Frei y Piñera coincidieron con las corbatas, ambos vistieron una de color rojo. El candidato de la Coalición por el Cambio, comentó que lo hizo como cábala para él y para Bielsa, en alusión al partido de mañana.


Los invitados no coparon el Aula Magna de la Facultad y hubo varios asientos vacíos. La mayoría estuvo pendiente de sus blackberry, mandando mensajes o actualizando el “Twitter”. Incluso a ME-O, en varias ocasiones, se le vio preocupado de su celular… ¿Habrá sido ese el motivo de la interferencia que tenía el micrófono de Frei?


El audio fue uno de los puntos negativos del encuentro, al candidato de la Concertación nunca le funcionó bien el micrófono y, aunque se lo cambiaron varias veces, finalmente ME-O debió compartir el suyo con él. De hecho, el presidenciable independiente tuvo hasta tiempo de bromear con uno de los técnicos.


Pese a los emplazamientos, varias veces se vio a Piñera y a Enríquez-Ominami comentando cosas entre ellos y riéndose “disimuladamente”, durante el encuentro. No así Arrate y Frei, quienes estuvieron muy serios y concentrados en las respuestas.


Durante un rato, ME-O comenzó a hacer varios de sus gestos característicos: movía su boca, inflaba los pómulos, se acomodaba en la silla y se tocaba el pelo. Todo esto, mientras miraba fijamente a Eduardo Frei, en su tiempo de intervención. Más de alguno recordó la parodia de Stefan Kramer sobre el candidato independiente.


Cada presidenciable llegó con su público y sus seguidores. En primera fila estaba Soledad Alvear apoyando a Frei. Atrás de ellos, estuvo el jefe político de la campaña de ME-O, Max Marambio, y su vocero Álvaro Escobar, quien no dejó de gesticular o hacerle señas a Enríquez Ominami.


En el mismo sector, pero varias filas más lejos se encontraban los voceros de la campaña de Frei, Paula Narváez y Sebastián Bowen, quien se comió todas las uñas de sus manos y cada cinco segundos cuchicheaba con su compañera de asiento.


Con Piñera, y en primera fila, estaban sus hijos Magdalena y Cristóbal. Ambos aplaudían cada vez que el candidato de la Alianza respondía a las críticas. De vez en cuando, comentaban algo con Rodrigo Hinzpeter. A la salida, la hija del abanderado de la Coalición por el Cambio, se quedó escuchando detrás de los periodistas, las declaraciones de Frei post debate.


Tras casi una hora y media de discusión, cada uno de los miembros de los comandos subió al escenario a saludar a sus candidatos, a celebrar y a felicitarlos. Al final, todos se creían “ganadores”.

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