SANTIAGO.- La Policía de Investigaciones entregó hoy impactantes detalles de la investigación que duró un año que determinó la culpabilidad de Jeanette Hernández en la muerte de su hijo Esteban Rojo Hernández, de siete años, el 17 de enero de 2008 en su hogar en Puente Alto.
Según la estadística proporcionada por la Jefatura Nacional de Homicidios, en 15 de 30 casos de menores de menos de 10 años asesinados entre 2005 y 2007, la madre fue la responsable de la muerte, mientras que el padre sólo aparece como culpable en cinco casos. "Establecimos que de esos 30 homicidios la mitad correspondía a la madre. Por lo tanto, las estadísticas nos indicaban que no eran tan descabellado pensar en que la madre fuera la que mató a sus hijos", indicó Herwin Rojas, subcomisario de la brigada de homicidios de la PDI.
Ese dato fue clave para que la investigación encabezada por los fiscales Pablo Sabaj y Patricio Vergara, se enfocara en la madre de los menores Esteban y Pablo Rojo (17), quien sobrevivió al ataque con un martillo, aunque con secuelas graves que le impiden recordar lo sucedido.
Rojas aseguró que la investigación de seis meses había comenzado con nueve sospechosos, y ninguno de ellos era la madre de los menores. "Lo primero que se hizo fue investigar en todas las direcciones y en un principio nunca la PDI apuntó hacia Jeannette Hernández como la autora", aclaró.
"Para nosotros el peor escenario era que fuera la madre", explicó el subcomisario al comentar que las primeras indagaciones apuntaban a un jardinero y a amigos y un familiar de Pablo Rojo, el padre de los menores. Incluso se sospechó de unos hermanos esquizofrénicos por "la cuantía de las lesiones y lo que vimos en el sitio del suceso que despertó la posibilidad de que fuera una persona con problemas", agregó.
El jardinero Rubén Galindo, y Fernando Donoso, compañero de banda de Rojo, aparecían como sospechosos principalmente porque tras el homicidio nunca más se tuvo noticias de ellos. También aparecía en la lista Víctor Arriagada, hermanastro de Rojo, y un ciudadano peruano de nombre Abel Regazo.
Sin embargo, tras descartar a los nueve sospechosos, los efectivos de la PDI solicitaron la estadística de homicidios a la Jefatura Nacional de Homicidios y centraron su mirada en los padres de los menores. "Se investigaron todos estos sospechosos y se descartaron del caso luego de comprobar que lo que decían era cierto", señaló el subcomisario.
Tras tomar declaración a 1.200 personas involucradas de alguna manera con el hecho, se descartó que Pablo Rojo fuera culpable, esencialmente porque se comprobó que el día del ataque se encontraba en su trabajo en Quilicura, cuyos horarios respetaba rigurosamente.
A la par, la en ese entonces eventual culpabilidad de Jeannette Hernández tomaba fuerza, por las contradicciones en que incurría y porque su coartada para explicar su ausencia a la hora del delito se desplomó. Había dicho que estuvo con la parvularia Nataly Quintanilla Morales, quien al ser entrevistada negó tal encuentro.
Tras comprobarse que Hernández estuvo en su casa a la misma hora en que se determinó la data de muerte de Esteban, los jueces del caso determinaron su responsabilidad como autora y única culpable de este caso.
En tanto, Pilar González, psicóloga de la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI entregó detalles sobre el llamado Síndrome de Medea que gatilló las conductas celópatas de Jeannette Hernández.