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Expertos responden: ¿Por qué una pareja se hace cómplice para cometer abusos sexuales?

Mientras que el sicólogo Raúl Carvajal destaca que la mujer pasa a ser igualmente responsable, el psiquiatra Juan Andrés Pratto califica la relación como de "dependencia", destacando una jerarquía imperante.

10 de Enero de 2010 | 11:03 | Por Teamai Teave, Emol
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Los abusadores son ''lobos vestidos de oveja'', destaca el sicólogo Raúl Carvajal.

El Mercurio

SANTIAGO.- La detención de un sacerdote en Melipilla acusado de abusos sexuales contra menores junto a su pareja, causó revuelo esta semana en el país. Su caso, sin embargo, no ha sido el único, ya que en junio y julio de 2009 la opinión pública también se conmocionó con la historia de dos niñas, de Puerto Montt y Puente Alto, que fueron víctimas de las vejaciones de sus padres, quienes se aprovechaban de ellas tras drogarlas.


Ante estas situaciones cabe preguntarse qué es lo que motiva a algunas personas a abusar de menores y, más aún, a actuar en conjunto con sus parejas, que en ciertos casos les proporcionan las herramientas para cometer estos delitos.


Según el sicólogo de la Clínica Santa María, Raúl Carvajal, estos individuos "leen las conductas del niño abusado como una manifestación del placer, no logran empatizar con el miedo, sino que lo ven como lo correcto, lo que debe pasar en el acto sexual y ese estímulo les causa placer".


Al respecto, el psiquiatra del Hospital Clínico de la Universidad Católica, Juan Andrés Pratto, asegura que estos actos son filmados ya que "después se siguen excitando aún más".


Aunque Carvajal destaca que son pocos los casos en que ambos miembros de la relación participan de abusos sexuales, admite que esto puede suceder por algún tipo de trastorno que los integrantes de la pareja manifiestan o un miedo inicial que conduce a la participación.


"Puede que ambos presenten una visión distorsionada de la realidad o una patología, o bien, que uno de los dos se subyugue a los deseos del otro, hasta transgredir los límites, pasando de ser una víctima a partícipe", sentencia el sicólogo.


Pratto, en tanto, destaca que el "abusador satisface sus necesidades con todo lo que encuentra a mano, mientras que el colaborador es una persona más frágil, que se va haciendo dependiente ante tanto poder".


La cara del abusador


De acuerdo con el sicólogo de la Clínica Santa María, hay dos patologías que se vinculan directamente con los abusos sexuales a menores: los trastornos de personalidad y la sexualidad retorcida.

En el primer caso, Carvajal afirma que existe una "dificultad en la percepción de la realidad" y, en el segundo, la sexualidad tendría problemas en su conformación, debido a "experiencias traumáticas", entre otras causas. Esta última sería una patología común entre hombres y mujeres abusadores.


Según el especialista, el perfil de este tipo de personas es el de un "lobo vestido de cordero". A su juicio, se trata de un ser "hábil en términos de seducción, pues logra capitalizar la confianza de los padres y la defensa de quienes lo conocen".


"Pocas veces son fríos, pues saben que su herramienta es la atracción", añade.


Si bien Carvajal advierte que las terapias tienen una baja eficacia en cuanto a eliminar la inclinación torcida, Pratto resalta que "el abusador no va a cambiar", mientras que su pareja sí podría hacerlo "en la medida que se aleje de aquella persona que la controla".