Carola Cortez (41) y su hijo Alejandro Ibaceta (21) murieron acribillados ayer en la vía pública.
Luciano Riquelme, El MercurioSANTIAGO.- Durante la audiencia de formalización del único imputado por el acribillamiento a su ex pareja y el hijo de ésta, identificado por la policía como Hugo Acevedo Manzano (45), el defensor Silverio Fuentes esgrimió que el sujeto podría haber perdido la razón al momento de efectuar los disparos.
Fuentes argumentó que Acevedo Manzano podría haber perdido temporalmente el juicio o haber sufrido un estado de demencia al momento de cometer el doble crimen ya que "no recuerda lo que ocurrió".
Por su parte, el fiscal de la zona Occidente, Emiliano Arias, formalizó al imputado por dos delitos de homicidio calificado –contra Carola Cortez González (41) y Alejandro Ibaceta Cortez (21)– y porte ilegal de armas, por lo que arriesga como mínimo diez años de cárcel.
Durante la audiencia, el fiscal precisó que de los 17 tiros que tenía el cargador de la pistola Taurus calibre 9 mm que portaba el acusado, descargó nueve contra la mujer y siete contra su hijo, cuando ambos caminaban frente a la municipalidad de Pudahuel.
Añadió que al consultarle al imputado por qué llevaba consigo el arma, éste respondió que era porque el barrio era peligroso, lo cual "no es creíble".
A juicio del persecutor, el hecho que gatilló el homicidio fue que la mujer cambió la cerradura de su departamento, ubicado en calle Corona Sueca, de lo que el imputado se percató la noche del martes, pues intentó forzarla sin resultados y finalmente se fue.
Indicó que al día siguiente el sujeto regresó y esperó a la mujer frente al edificio hasta que salió Alejandro Ibaceta, con quien conversó y le pidió que le dijera a su madre que la iba a encontrar sola, porque no le gustaba que se rieran de él.
El fiscal también dio a conocer varias declaraciones de testigos, entre éstas la de un taxista que, tras el crimen, siguió a Acevedo por varias cuadras, copió la patente y dio aviso a Carabineros, los que iniciaron inmediatamente la búsqueda hasta dar con él en el municipio de Calera de Tango, donde trabajaba.
Además el imputado relató al alcalde de esa comuna -Erasmo Valenzuela- lo ocurrido, el cual llamó de inmediato a Carabineros para acordar un punto de encuentro para que el imputado se entregase.
Había advertido que lo sacarían de su casa "muerto"
En la audiencia, el fiscal calificó a Acevedo como un peligro para la sociedad y pidió la prisión preventiva para el imputado.
El defensor público se opuso a la medida, señalando que el imputado tenía irreprochable conducta anterior, arraigo familiar y trabajo estable, por lo que solicitó que lo dejaran en prisión domiciliaria.
Sin embargo, la jueza Claudia Burgos, del Primer Tribunal de Garantía de Santiago, acogió la solicitud del fiscal, señalando que con los antecedentes que hay hasta ahora no se puede disponer de otra medida cautelar para asegurar que el sujeto no huya o que no haya peligro para la investigación y las víctimas. Tras la decisión, Acevedo quedó recluido en el penal Santiago I.
En la audiencia, la juez impidió que se mostrara el rostro del imputado y dispuso que sólo se lo nombrara con iniciales, pese a que su identidad fue conocida ayer.
Ahora la fiscalía tiene 90 días para recabar las pruebas, entre las cuales estará un examen psiquiátrico al imputado solicitado por la fiscalía.
Tras la audiencia, un amigo del imputado, Nelson Donoso, relató que tras cometer el crimen, el sujeto lo llamó por teléfono y le contó lo que había hecho. Además le dijo que se iba a ir a su casa y que sólo lo "sacarían de allí muerto".
Donoso señaló que cuando efectuó la llamada, Acevedo iba manejando hacia Calera de Tango, angustiado y llorando. "Yo no le creí al principio. Pero después le sugerí que se entregara a la policía mejor, si ya lo hecho, hecho estaba", manifestó.