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Última entrevista al Padre Poblete: "Sueño con que Chile sea más unido"

El sacerdote jesuita dijo en esta entrevista inédita que esperaba que exista una preocupación realmente seria por el tema social y que ojalá la educación llegue a los niveles más bajos.

20 de Febrero de 2010 | 10:30 | Por Gustavo Villavicencio, Emol
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El 4 de septiembre de 2009, la Presidenta Michelle Bachelet entregó al padre Renato Poblete el Premio Bicentenario, en reconocimiento por su solidaridad con los más necesitados.

Héctor Aravena, El Mercurio

SANTIAGO.- El multitudinario funeral anoche del sacerdote jesuita Renato Poblete fue una muestra del legado que dejó por su dedicación y solidaridad con los más desvalidos. Parte de su legado y pensamiento figuran en una entrevista cuyo contenido, hasta ahora inédito, reproducimos a continuación.


La entrevista fue realizada a propósito del premio Bicentenario que le confirió la Presidenta Michelle Bachelet el 4 de septiembre de 2009. A continuación, revise el texto íntegro de la entrevista concedida por el sacerdote al periodista Gustavo Villavicencio:


Hace un par horas, el ex capellán del Hogar de Cristo, padre Renato Poblete, fue distinguido con el Premio Bicentenario 2009 por "incansable labor de unión entre las personas de distinto pensamiento y condición" y "por ser un hombre que vive la solidaridad y práctica la unidad como pocos". En su currículo destacan  los más de 20 años que estuvo a cargo del Hogar de Cristo, y el aumento de sus filiales en todo Chile.


Todavía esta  emocionado con la distinción, pero se le ve tranquilo, en su cálida oficina de calle Almirante Barroso 20. Tiene poco tiempo, ya que se prepara ir celebrar una eucaristía en el Santuario de San Alberto y dar gracias a Dios por este reconocimiento. Su escritorio está lleno de papeles, y sólo hay espacio extra para un par de cajas de remedios. Una pintura al óleo de San Alberto Hurtado a sus espaldas, pareciera escuchar con atención cada una de sus palabras.


Poblete, según sus pares, es un auténtico jesuita. Trabajó estrechamente con San Alberto Hurtado y fue su gran amigo. La Compañía de Jesús reconoce que fue el motor de la canonización del Santo chileno y que al él se debe la construcción de su Santuario.


Según el mismo confiesa, recibir el Premio Bicentenario, significa en pensar y agradecer a Dios, por ciertas cosas que uno puede haber hecho en la vida y entre risas comenta que le ha tocado conocer los dos lados de la luna: la gente adinerada y la gente pobre, lo que considera una bendición para él. Le asusta profundamente el egoísmo y la forma actual de la juventud de entretenerse. Para él la Compañía de Jesús lo ha sido todo y se volviera a nacer, sería nuevamente jesuita.


-¿Cómo tomó usted este premio?


Sorpresa total, pero total. Creo que es un reconocimiento para llamar la atención de las cosas que uno hace y poder provocar más y más solidaridad.


-¿Qué Chile sueña para el Bicentenario?


Que sea un país más unido, que exista una preocupación realmente seria por el tema social, que ojalá la educación llegue a los niveles más bajos. Nuestro país tiene muchas condiciones para mejorar, pero hay que crear una conciencia social, que los sectores acomodados lleven una vida más austera, ya que creo que hemos perdido la sobriedad, con el tema del "boom" económico.


-Cómo hijo de San Ignacio de Loyola, ¿Como ve usted Chile?


Preocupado, porque veo que los chilenos cada día se encuentran más preocupados de tener más y más y se olvidan de ser solidarios. Hay mucho que hacer al respecto, el hecho que el Hogar de Cristo tenga más de 650 mil socios, quiere decir que existen 650 mil personas que se acuerdan que deben ayudar a los más pobres


-Usted ha sido uno de los jesuitas chilenos que más cerca estuvo del padre Hurtado ¿Cómo se vínculo con él?


Llegué al padre Hurtado por medio de la Acción Católica, lo conocí y no pasaron más de dos horas que me fui a despedir de él y me dijo: "Oye negro, vuelve por estos lados, porque tu puedes hacer mucho bien". Y acá estoy.


-Usted siempre ha trabajado preocupado por los más pobres ¿Cómo se debe afrontar la pobreza de la clase media que no recibe subsidios, ni beneficios sociales?


Yo creo que de acuerdo a las necesidades del país, uno ha tenido que dedicarse como en el caso del Hogar de Cristo a los más pobres y  a los sectores más abandonados. Como Hogar de Cristo, no nos  hemos podido dedicar a la clase media, uno piensa que el conjunto es un deber del Estado, el tema pasa por los sueldos que deben ser dignos para que les permitan vivir bien. El Hogar de Cristo responde al ideal del padre Hurtado "los más pobres", las fuerzas no nos dan para todos.


-Si la familia y el derecho a la vida han sido una constante en le defensa de la Iglesia y así lo manifestó el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal en su declaración de Amistad Cívica, pensando en las próximas elecciones ¿Qué le parecen los programas de Gobierno que se están presentando al país como opción?


Los programas sin duda son buenos, son de preocupación. Es importante no olvidar las redes sociales que se han creado y permanecer con ellas y sacarle el mayor fruto posible. El tema que una cosa con promesas y otra es lo que se pueda hacer, es difícil saber que va hacer cada candidato. Hay candidatos que ofrecen programas muy bonitos... pero otra cosa es con guitarra. Veo que todos los programas actuales son en beneficio de la gente más pobre, son para mantener la estructura social.


¿De qué manera se puede entusiasmar a los jóvenes  a que asuman un compromiso social  si hay muchos que aún no se inscriben en los registros electorales?


Creo que debe haber programas serios de parte de los colegios y las familias de animar a los jóvenes. Hay que crear una conciencia en los jóvenes que tienen la obligación de participar más en todo el quehacer político.


¿Qué Chile piensa usted para el Bicentenario con la familia afectada por el divorcio y las separaciones, con la promoción de las leyes de aborto terapéutico y la píldora del día después y las uniones de homosexuales?


Claramente, ninguna de estas propuestas están en la línea de lo que la Iglesia Católica chilena sueña. Pero tampoco la iglesia puede decir lo que yo digo se tiene que hacer. Hay que insistir en cual es el ideal cristiano, uno no tiene bayonetas para hacer cumplir las cosas.

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