Santa Cruz, el pueblo y el vino se fueron al suelo

SANTIAGO.- Santa Cruz, comuna de la Sexta Región, se preparaba esta semana para recibir una nueva Fiesta de la Vendimia, la más popular de Chile y que acoge cada año miles de visitantes.

La ciudad estaba, como cada primer fin de semana de marzo, esperanzada con lo que es la celebración más grande de la zona.

Pero se movió el piso. El pueblo casi no resistió y del fervor se pasó al llanto, la tristeza y la amargura.

Las 03:34 del sábado y todo se vino abajo. La comuna turística, conocida por sus vinos, no aguantó. Se fue al piso el museo, la iglesia la municipalidad y lo más fuerte, la mitad de la ciudad.

Las casas, en su mayoría de adobe, parecían racimos de uva tirados en la calle. Se desplomaron, cayeron y mataron la ilusión.

Fue el pueblo más afectado de la Sexta Región y ni siquiera el millonario Carlos Cardoen se salvó del desplome. Sufrió su museo, el que por lo menos no volverá a pararse en unos tres meses.

Y esas viñas que han servido para dar trabajo a la gente hoy son incluso refugio para quienes se quedaron sin casas. Una población de departamentos entera en Paniahue quedó inhabitable. Un segundo piso quedó en el primero, mató personas y mandó a la gente a los potreros.

Las viñas del valle lo sufrieron también. El vino se derramó tal como la ilusión de mucha gente que incluso fue alertada por la salida del embalse Convento Viejo. Arrancaron, pero solo era una falsa alarma. La ayuda ha llegado a gotas, pero la población entiende, en la Octava Región "está más dura la cosa". Aunque igual se quejan porque creen que solo se preocupan de la Séptima y Octava regiones. "Acá también estamos mal, muy mal".

Han aguantado también que un kilo de pan llegue a costar 2 mil quinientos pesos. Pero nada tan sufrible como la cifra de muertos que crece día a día. Ya van casi treinta.

Santa Cruz aguantó a medias, no hay Fiesta de la Vendimia y pocas cosas quedan paradas para los turistas que se atrevan a llegar a la ciudad tras la Ruta del Vino.