En Talca, Linares, Chillán, Los Ángeles y Concepción se estima que el 80% de las iglesias están inutilizables.
Pablo Mardones, El MercurioSANTIAGO.- Tras el terremoto del 27 de febrero numerosas misas, bautizos e incluso funerales han debido celebrarse en la calle. Por ello, la Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) anunció que se instalarán capillas de emergencia en aquellas zonas cuyas iglesias sufrieron daños de consideración.
El organismo comprometió la instalación de 15 oratorios de emergencia y espera reunir recursos para financiar la construcción de otros recintos. Esto permitirá a los párrocos de las iglesias dañadas por el terremoto no suspender los compromisos.
Cada capilla tiene un valor de $10 millones de pesos, capacidad para 100 personas sentadas y una superficie de 185 metros cuadrados.
El arquitecto y consejero de AIS, Gonzalo Mardones, diseñó estas capillas básicas que constan de una estructura de fierro con cubierta vinílica resistente al agua.
En el obispado de Rancagua resultaron destruidas 65 sedes parroquiales y 700 capillas. Mientras, en las diócesis de Talca, Linares, Chillán, Los Ángeles y Concepción se estima que el 80% de las iglesias están inutilizables.
Por su parte, el presidente internacional de AIS, el padre Joaquín Alliende, destacó que la destrucción de centenares de recintos religiosos es un duro golpe al alma de Chile, agregando que aunque "nuestro país tenía muchos planes para el Bicentenario, el calendario de Dios era otro".