SANTIAGO.- A partir de las 00:00 hrs. del 3 de abril, el reloj debe ser retrasado en 60 minutos. Sin embargo, algo tan simple como atrasar la hora puede transformarse en un problema para los más pequeños, en especial para aquéllos entre 0 y 3 años, pues este cambio puede afectar su ritmo biológico, principalmente en cuanto al sueño y comidas.
Es precisamente en este periodo etáreo donde no existe la noción de tiempo representacional, sino que su percepción está determinada por situaciones o eventos ambientales, por lo cual es recomendable transmitirles frases como "hay que ir a dormir porque está oscuro", explica Verónica Mardones, docente de la carrera Técnico en Educación Parvularia del Centro de Formación Técnica ENAC.
La experta añade que la mejor forma de explicar este cambio "es a través de simples ejemplos, cuentos o historias, en las cuales se dé énfasis a la importancia de disfrutar más de la luz solar y así ahorrar más energía, lo que favorecerá al medio ambiente".
En el caso de los niños más grandes, la adaptación al nuevo horario se logra en dos o tres días. Por lo tanto, se sugiere adelantar en quince a veinte minutos la alimentación y la hora de acostarse.
Este cambio se debe realizar en forma progresiva tres días antes del retraso horario, que este año será el próximo sábado 3 de abril.
De esta manera, ese día el organismo del niño/a estará fisiológicamente adaptado a la nueva situación. Es importante considerar que durante esos días previos los niños no realicen actividades que favorezcan su estado de vigilia; como ver televisión, videojuegos, jugar a la pelota, etc., con el fin de llegar al logro del objetivo en beneficio del niño.
Como recomendaciones para los padres, Mardones señaló que es fundamental la tolerancia con los cambios que el niño/a experimenta.
"Hay que ser capaces de flexibilizar el nuevo horario. Se sugiere construir con los niños rutinas con actividades tranquilas antes que se acuesten, como bañarlos con agua tibia, contarles un cuento. También se sugiere que coordinen los horarios con las educadoras del Jardín Infantil, para que el niño/a vaya viviendo el cambio de horario de igual forma en la casa y fuera de ella".
En tanto, a raíz del reciente terremoto, muchos preescolares pudieron haber sufrido cambios conductuales que, sumados a los trastornos propios del cambio de hora, pueden convertirse en un problema para los padres.
La docente de ENAC explica que, dada esta situación, muchos niños se encuentran en un estado de alerta, de inquietud, inseguridad, irritabilidad y miedo por lo ocurrido. En su mayoría, esta emociones “fueron transmitidas por algunos padres ante la imposibilidad de autocontrol o de verse sobrepasados ante su rol protector, y también por lo que se vio a través de la televisión".
"Nadie está preparado para tal evento, por ello es importante que el adulto sea capaz de transmitir seguridad, serenidad ante el cambio de hora que se avecina éste debe concebirse como un proceso natural y necesario en nuestro quehacer diario", concluyó.