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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 09:00
SANTIAGO.- La fecha límite para que todos los estudiantes afectados por el terremoto puedan retornar a clases se acerca pasos agigantados y a estas alturas todo vale para conseguir el objetivo de que ningún alumno pierda el año escolar.
La última modalidad fue presentada hoy por el ministro de Educación, Joaquín Lavín, quien afirmó que "en momentos de emergencia hay que ser creativos".
Se trata de los buses-escuela, una iniciativa de la empresa Metalpar que beneficiará a 140 niños de Constitución. La escuela está conformada por 5 salas de clases, las que se habilitaron en buses que quedaron en desuso con el Transantiago.
El arquitecto del proyecto, Alberto Viviani, explicó que aprovecharon prácticamente toda la estructura del bus y rehicieron el interior. Para esto utilizaron aislantes y luego se forró el piso, techo y las partes laterales.
Los pupitres se mandaron a hacer especialmente para el tamaño del bus, y la parte de atrás, donde estaba la caja del motor, se convirtió en una estantería.
Viviani destacó que las salas de clases tienen una estructura muy sólida debido a que la normativa para construir buses es muy exigente y explicó que el concepto que utilizaron fue construir escuelas, por lo que los buses se instalarán junto a un patio techado y otras dos estructuras adaptadas como sala de profesores y baños.
El gerente general de Metalpar, Jaime Cases, explicó que los buses serán despojados de sus ruedas e instalados sobre fundaciones en terreno para tener más estabilidad.
Tras inspeccionar los buses-escuela, el ministro Joaquín Lavín manifestó que "no se nos había ocurrido transformar un bus en una sala de clases y la verdad es que sí se puede. Cuesta imaginarse que una escuela funcione dentro de un bus, pero la verdad es que si uno lo ve, este bus es una sala de clases y yo creo que va a funcionar bien".
El ministro de Educación indicó que conversará con alcaldes de otras comunas para ver si también podrían considerar a los buses-escuela como una alternativa.
Clases en comisarías, carpas y en la propia casa
Pero esta iniciativa para retornar a clases no es la única que llama la atención. El lunes pasado, 78 alumnos del colegio básico "Cerro la Cruz", de Lebu, pudieron iniciar el año escolar en compañía de unos inusuales compañeros: los carabineros.
Esto debido a que la Segunda Comisaría de esa localidad acondicionó parte de sus dependencias para que funcionaran como salas de clases. Junto a esto, el casino de suboficiales de la unidad se acomodó como comedor para que los niños pudieran consumir sus colaciones, mientras que el gimnasio de la comisaría empezó a ser utilizado como patio de recreos.
El primer día de clases, los niños entonaron el himno nacional bien erguidos mientras sus compañeros de uniforme verde los observaban. Según Carabineros, la iniciativa está siendo replicada en diferentes cuarteles policiales del país donde, al parecer, la buena conducta de los alumnos estará garantizada.
A esto se suma otra iniciativa de emergencia, dada a conocer hoy por el ministro de Educación: La utilización de las propias casas como salas de clases. "En algunos lugares le estamos preguntando a las personas si permitirían que en su sala de estar en la mañana hubiera clases, con profesor, con pizarra, y así poner un curso en una casa y otro curso en otra", explicó Lavín.
Indicó que la modalidad está siendo ensayada por alumnos en la localidad de Dichato y que, de no encontrarse otra solución, deberá aplicarse el 26 de abril. "Vamos a llegar hasta ese tipo de soluciones de emergencia con tal de salvar el año escolar de los niños", aunque precisó que "sistemas como éste los vamos a dejar para los casos más extremos", indicó.
Otra de las formas que ya se están utilizando es la instalación de escolares y preescolares en carpas. Un ejemplo es el jardín infantil "Principito", de Constitución, que inició sus actividades el 22 de marzo, permitiendo atender a parte de los cien niños de ese establecimiento. El resto de los menores fue ubicado en dos iglesias.
Las carpas, enviadas por la ONG fundación World Vision, son de buena calidad y se estima que estén emplazas durante 6 meses, mientras se edifica un nuevo edificio para el jardín Infantil, que fue arrasado pro el tsunami.
