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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 18:38
ARICA.- Con la firma del contrato con las empresas que se encargarán que en veinte meses esté saneado y operativo el tramo chileno de la línea del ferrocarril de Arica a La Paz, Chile cumple uno de sus compromisos de Estado con Bolivia.
El contrato fue suscrito entre la estatal Empresa Portuaria Arica y el consorcio Comsa SA ante la presencia del ministro (s) de Relaciones Exteriores, Fernando Schmidt, y del cónsul general de Bolivia en Chile, Walker San Miguel. Otro similar fue suscrito con la firma GHD Siga, que se hará carg de la inspección técnica de las obras.
Schmidt viajó hasta Arica para dar un apoyo político expreso a la vuelta en operaciones del histórico tren, paralizado hace 4 años luego de la quiebra de la empresa privada boliviana que lo administraba. Explicó que su gesto tuvo como propósito relievar la importancia de un medio de transporte necesario para la reactivación económica de Arica y que, además, "está en la esencia de la relación Chile-Bolivia".
Multiplicar agenda
El canciller fue consultado por la prensa sobre las perspectivas de la relación con Bolivia con el cambio de gobierno en Chile y la decisión del Presidente Piñera de excluir una posible cesión de soberanía, presumiblemente por Arica, de las conversaciones bilaterales.
"La relación con Bolivia hay que intensificarla. No debe quedarse en los 13 puntos (definidos por los gobiernos de Michelle Bachelet y Evo Morales), sino en todos los que la agenda demanda. A lo mejor hay que multiplicarlos, ésa es la aspiración", expresó.
Por su parte, el cónsul boliviano Walker San Miguel enfatizó que entiende que el diálogo "sin exclusiones" es un compromiso de Estado que se mantiene. "Es una etapa corta para hacer una evaluación pues el nuevo gobierno de Chile recién está instalándose, pero asumimos que el tema no ha variado. Hay un buen clima", dijo.
Como ejemplo, resaltó que iniciar la rehabilitación del Ferrocarril a La Paz en los primeros meses de 2010 estaba contemplado en la agenda de 13 puntos.
Los trabajos consisten en la reposición de 8 mil rieles y 48 mil durmientes, así como el saneamiento ambiental de los 206 kilómetros de línea ferroviaria entre Arica y Visviri. Cuestan US$ 29 millones y partirán con una semana de retraso, ya que el el terremoto obligó al gobierno a un nuevo análisis sobre la viabilidad de aportar estos recursos.
El tramo boliviano entre Charaña y La Paz está administrado por el grupo chileno Luksic, aunque el gobierno boliviano ha advertido que busca su nacionalización. Sobre este punto, el canciller Schmidt dijo que se trata de una decisión interna de Bolivia, mientras que el cónsul San Miguel reconoció que "está en análisis, pero no es parte aún de una agenda".
