El Mercurio
PUNTA ARENAS.- La lancha patrullera de servicios generales "Puerto Natales" se convirtió transitoriamente en la nueva capitanía de puerto de Puerto Edén, luego que un incendio destruyera el fin de semana la antigua casona donde funcionaba la unidad con sus oficinas y las habitaciones para pernoctar a cuatro marinos, entre ellos la familia del suboficial a cargo de la estación.
Las causas del siniestro aún son investigadas y la Armada no ha realizado la estimación de las pérdidas ocurridas a orillas de bahía Puerto Edén en la isla Wellington y a poco más de 400 kilómetros al norte de Puerto Natales.
Al momento de declararse el siniestro no se encontraba la esposa e hijo del suboficial Juan Contreras, a cargo de la capitanía, porque permanecía en Punta Arenas en control médico por encontrarse embarazada. A esta familia se suman otros tres marinos, uno de ellos el enfermero naval, todos solteros, quienes salvaron ilesos aunque perdieron sus enseres personales.
Por ahora se evalúa la posibilidad de utilizar alguna instalación de la apartada localidad de casi 200 habitantes. Mientras tanto la lancha "Puerto Natales" quedará en esa localidad y servirá de capitanía móvil para que allí los pescadores artesanales de la zona efectúen sus trámites relativos con licencias y autorizaciones de zarpes.
La casa de dos pisos fue construida en 1948 por la Fuerza Aérea de Chile cuando servía como estación base de comunicaciones para las antiguas operaciones aéreas y hace varias décadas fue traspasada a la Armada para establecer allí inicialmente la alcaldía de mar y luego transformarla en capitanía de puerto.
El capitán de fragata Héctor Gómez, jefe de relaciones públicas de la Tercera Zona Naval, informó que aún se realizan las evaluaciones de daños y no existe un avalúo económico de las pérdidas ocasionadas por el siniestro.
Explicó que la capitanía de puerto en Edén es importante porque orienta a los navegantes respecto al cruce por la Angostura Inglesa, en la zona de navegación comercial por los canales patagónicos, ya que por su conformación geográfica sólo es aconsejable navegarla con luz natural y nunca de noche.
Junto con perder la infraestructura la Armada lamenta la pérdida de los equipos de radio que facilitaban las comunicaciones desde esa localidad de isla Wellington.