TALCA.- El Hospital de Talca, que tendrá su nuevo edificio en los próximos tres años por $110 mil millones, aún debe corregir múltiples falencias clínicas y administrativas, según detectó la auditoría integral finalizada recientemete por la Contraloría General de la República.
La fiscalización efectuada entre 2008 y 2009, antes que el terremoto destruyera 20 mil m2 de antigua estructura, estableció que se acumularon más de 5 mil pacientes en lista de espera desde 1997, con un 29% de incumplimiento en prestaciones GES (Garantías Explícitas de Salud).
Se indagó la atención a pacientes, identificación de riesgos, el cumplimiento de normativas, control interno, finanzas, prestaciones médicas, tecnologías de información, abastecimiento, recursos humanos y manejo de residuos peligrosos.
El informe de 175 páginas, encargado por el contralor Ramiro Mendoza, indica que el hospital, no respondió reclamos de pacientes en el plazo máximo de 20 días, transcurriendo hasta más de cinco meses para emitir respuestas. Tampoco se incluyen en las contestaciones los informes entregados por los médicos denunciados.
Agrega que el hospital "César Caravagno Burotto" (que hoy opera en los 10 mil m2 del moderno Centro de Diagnóstico Terapéutico CDT), no aportó toda la información solicitada por el Ministerio Público, que indaga 80 causas penales vigentes por presuntas negligencias.
El equipo de fiscalizadores de Contraloría determinó que el establecimiento carece de medidas para disminuir las listas de espera por cirugías y hospitalizaciones. Pese a la contratación de 144 especialistas a honorarios desde 2008, no existe un sistema de control "que permita cuantificar el impacto de la contratación de los facultativos en la reducción de las listas de espera". Tampoco hay mecanismos para controlar las horas de médicos destinadas a actividades internas distintas a atención de pacientes.
Se evidenciaron desórdenes financieros, cheques por prestaciones médicas a clínicas y pagos de asignaciones por antigüedad laboral que no cumplen los requisitos, exigiéndose cuantificar los dineros y reintegrarlos al presupuesto.
La Contraloría estableció además que el hospital no controla la devolución de horas laborales de los médicos autorizados para actividades académicas externas. El registro de asistencia de médicos consiste en hojas sueltas, sin el nombre de profesionales y firmas ilegibles.
Y por último, concluye que se carece de procedimientos formales para el manejo de residuos peligrosos exigidos por el Ministerio de Salud (MInsal) y la farmacia de hospitalizados, no registra cuáles medicamentos devueltos por los servicios clínicos están vencidos.