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Con gritos, bocinas y champagne, se desata el carnaval en Copiapó

Tras el exitoso rescate de los 33 mineros, la ciudad norteña estará varios días de fiesta.

13 de Octubre de 2010 | 23:20 | EFE / Emol
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Algarabía total se vive en Copiapó tras el rescate de los 33 mineros.

Héctor Aravena, El Mercurio

SANTIAGO.- Con gritos, bocinas, abrazos interminables y champagne, los habitantes de Copiapó celebraron ante la mirada de todo el mundo varios la extraordinaria hazaña de sus mineros, rescatados tras casi 70 días bajo la tierra.


"Hace llorar tanto una historia tan bonita", comentó el lustrador de botas de la plaza principal de Copiapó, uno de los tantos que daba brincos fervorosos en la ciudad, convertida durante más de dos meses en el epicentro del mundo gracias a "sus 33 niños" cuyo rescate culminó este miércoles.


"Yo fui al mundial en Sudáfrica. Pero este es el verdadero campeonato mundial de Chile. El campeonato mundial del mundo", dice Raúl Palma, ya sin voz de tantos gritos. "Yo estoy festejando desde hace 48 horas, sin dormir.


"Nuestros 33 niños han emergido de nuestra tierra", vocifera Mildred Bravo, acompañada de toda su familia celebrando esta historia con ribetes de epopeya, en medio de un ruido impresionante de campanas y sirenas.


En una ciudad que duerme temprano y que se sentía completamente olvidada de la Tierra, Copiapó le gritó al mundo: "están vivos, están con nosotros, sí, sí, sí, los mineros de Chile".


En Santiago y provincia


En tanto, en la Plaza Baquedano de Santiago más de 200 personas celebraron con pancartas, banderas y copas de vino el exitoso rescate de los 33 mineros.


Autos colmados de personas gritaban "grande mineros, Chile los quiere...". Mientras que en Concepción un centenar de personas llegó a la Plaza de Armas a manifestar su alegría y emoción por la salida a la tierra de los 33 trabajadores, especialmente por Raúl Bustos que nació en el puerto de Talcahuano.


De igual forma se vivió en Coyhaique. La algarabía era total en las calles al conocer que el minero Richard Villarroel, oriundo de dicha ciudad sureña, se encontraba en buenas condiciones y de muy buen ánimo.