Empeora estado de niño de 2 años que espera trasplante de corazón

SANTIAGO.- "Joaquín está muy grave, desanimado, decaído y muy pálido. Llevamos varios días tratando de estabilizarlo", cuenta Carolina López, la madre del niño de dos años que requiere con urgencia un trasplante cardiaco debido a que padece una miocardiopatía dilatada, que hace que su corazón crezca más de lo normal.

Pese a que en los últimos meses se había mantenido estable a pesar de su grave enfermedad, explica que en los últimos días, su salud "se ha deteriorado bastante".

"Antes le gustaba estar sentadito, bailando, jugando, y hace diez días que no es así. Ahora tiene que estar en camilla, lo único que quiere todo el día es tomar agua y sólo puede tomar 150 cc diarios, que no alcanza a ser un vaso", indica.

Esta situación es confirmada por la Dra. Marcela Bejares, la pediatra de Joaquín en la Clínica Dávila. Allí el menor está internado desde junio en la UCI, donde recibe dos drogas permanentes por vía venosa para tratar su condición cardiaca, que por ahora le permiten seguir viviendo.

Afirma que en las últimas dos semanas el pequeño "ha estado complicado, inestable, con episodios de insuficiencia cardiaca en que se descompensa y se compensa en forma diaria". Esto se debe a que "está en una condición muy límite, entonces cualquier evento lo puede descompensar".

El deterioro comenzó hace dos semanas, cuando le realizaron un procedimiento en pabellón para cambiarle el catéter por donde se le aplican las drogas. "La anestesia lo descompensó y hubo que apoyarlo con respirador mecánico un día", detalla.

Después de ese episodio, lo afectó una infección urinaria, con presencia de fiebre. Si bien esas dolencias fueron tratadas, la pediatra indica que "desde ahí ha estado un poco más descompensado". "Está más decaído, ya no está tan activo como hasta hace un mes atrás. Si se agita un poco se cansa", añade.

Además de las drogas, el menor recibe oxígeno para apoyarlo en la función respiratoria, aunque tiene la capacidad de respirar por sí mismo. También es alimentado por una sonda debido a que se cansa cuando come, y recibe un tratamiento anticoagulante ya que, por su condición, presenta riesgo de trombosis.

Se acorta el plazo para hallar un donante

Aunque los médicos no se atreven a dar un plazo límite, reconocen que cada vez se hace más urgente que aparezca un donante para Joaquín. Éste debe ser necesariamente un niño de hasta 18 o 20 kilos, es decir, de entre 3 y 4 años.

"Probablemente puede esperar meses más, pero no puedo asegurar que eso sea así, porque como su condición es crítica, cualquier cosa puede hacer que ese tiempo disminuya", señala la doctora.

Indica que estar hospitalizado lo expone a una serie de complicaciones, especialmente infecciones. A esto se suma que "la progresión de su enfermedad es inevitable, su corazón se está dilatando y está funcionando cada vez menos".

Pese a su gravedad y a que en los casi dos meses que es prioridad nacional no ha aparecido un donante, la madre del menor afirma que tiene sus esperanzas intactas. "Lo que nos angustia es que él sufra y que lo esté pasando mal, ése es el temor, pero a que no llegue un donante no. La esperanza no hay que perderla por ningún motivo", afirma.

Por eso hace un llamado a las UCI pediátricas a estar alertas ante la aparición de un donante y a los padres, para que "al momento de perder un hijo, que es un dolor muy grande, piensen en Joaquín, que merece seguir viviendo".