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Director del INJUV valora movimiento estudiantil pero critica "conducta errática" de sus líderes

En su primera entrevista desde que asumió el cargo, Luis Felipe San Martín analiza el conflicto educacional y establece las metas que tendrá su gestión a la cabeza del organismo público.

13 de Octubre de 2011 | 10:04 | Por Felipe Vargas M., Emol.
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Antes de asumir su nuevo cargo, San Martín trabajó en el Ministerio de Educación junto a Joaquín Lavín, quién lo llamó para ingresar al Injuv.

Injuv

SANTIAGO.- Hace casi ocho años, el nombre de Luís Felipe San Martín Porter comenzó a hacerse familiar cuando asumió la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) en 2004. En ese momento, y al igual que la actual líder de la FECh, Camila Vallejo, pero en veredas opuestas, San Martín destacó por su perfil independiente, gracias al cual ganó las elecciones tras 14 años de hegemonía de los partidos de izquierda en la testera de la agrupación.


Hoy, después de la experiencia recogida en sus años de dirigente estudiantil y de su recorrido por distintas labores en la administración del actual gobierno, San Martín asumió esta semana un nuevo desafío como director del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), cargo que cobra especial importancia en estos días por el estrecho vínculo que tendrá que cultivar con los mismos jóvenes que demandan educación gratuita y de calidad.


En su primera entrevista al frente del INJUV, San Martín dice que tiene claro que una de las prioridades principales que debe asumir el organismo es abordar el movimiento estudiantil, el cual ha establecido una importante brecha de confianza entre el gobierno y los jóvenes. Frente a eso, plantea como metas mejorar la comunicación y convertirse en un interlocutor válido entre la administración de Sebastián Piñera y las demandas juveniles.  


Como ex presidente de la FECH y ahora director del INJUV, ¿qué visión tienes del movimiento estudiantil y sus demandas?
Sin duda el movimiento estudiantil ha sido exitoso, ya que ha logrado instalar en la agenda temas trascendentales que se deben abordar con una urgencia que a veces el sector público no tiene. Sin embargo, a la hora de encauzar ese diagnóstico a posibles soluciones, han sido erráticos y debido a la falta de liderazgo interno de sus principales líderes, han tenido una frontera móvil de demandas, impulsadas por los sectores de izquierda más radical que a la larga son inviables.


¿Qué opinión tienes del liderazgo ejercido por Camila Vallejo y los dirigentes de la Confech? ¿Crees que están siendo intransigentes en sus posturas?
Creo que el carisma de Camila Vallejo ha sido clave para generar la empatía que tiene el movimiento estudiantil con la ciudadanía. Lamentablemente ese carisma no se traduce en un liderazgo político efectivo al interior de la Confech, donde los sectores de ultra izquierda son mayoría. Por lo tanto, ante ese escenario, los principales dirigentes no tienen otra opción política que endurecer sus posturas tanto como quieran esos sectores. Y esos sectores ven al Gobierno como un enemigo al cual derrotar, por lo tanto cualquier solución que signifique bajar las movilizaciones la van a rechazar.


¿Sientes que existe una brecha importante entre este Gobierno y los jóvenes?
Creo que en términos de políticas públicas no la hay. De hecho, es este Gobierno el que está impulsando la mayor reforma educacional de los últimos 30 años y el que está promoviendo la inscripción automática y voto voluntario mediante proyectos de ley. Sin embrago creo que estamos en deuda con la forma de comunicarnos con los jóvenes. Ahí si hay una brecha que desde el Injuv queremos eliminar.


¿Cómo crees que se les puede dar más espacio en las decisiones importantes del Estado a los jóvenes?
Lo primero es tomándolos en serio en las discusiones. Y eso significa apoyarlos en las buenas ideas pero rebatirles y discutirles las ideas que están equivocadas. En ese sentido esa especie de pleitesía que le rinde la oposición al movimiento estudiantil, sin cuestionarle prácticamente nada, me parece un populismo nocivo para nuestro sistema democrático.


¿Cómo hacer que el Injuv tenga una mayor visibilidad y peso en las políticas dirigidas hacia los jóvenes?
Hay que defender con mayor fuerza las ideas y no tener miedo a debatirlas, sea en el espacio que sea. También creo que hay que leer menos encuestas. Mi experiencia como ex dirigente estudiantil me permitió estar en muchas universidades y colegios debatiendo con los actuales dirigentes en el contexto del actual conflicto estudiantil. Siempre me fue muy bien. Los jóvenes valoran a quienes defienden sus ideas sin doble discurso. Hay que ocupar más espacios y ese va a ser un énfasis importante de mi gestión.


¿Cuáles son sus principales proyectos para el Injuv? ¿Qué sello desea imprimir a su gestión?
Además de potenciar los actuales programas de participación y de innovación social, como PAIS Joven, me gustaría involucrar más al Instituto en la discusión, diseño e implementación de políticas públicas que beneficien a la juventud, las cuales emanan de distintos ministerios, del parlamento o incluso de organizaciones sociales. El sello de mi gestión quiero que sea convertir al Injuv en un canal efectivo de las demandas juveniles para que ellas se transformen en políticas públicas reales, e involucrar los jóvenes para que vean al instituto como un interlocutor válido entre ellos y el Gobierno.

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