EMOLTV

Nana transexual de senador Jaime Orpis cuenta su historia y defiende a su patrón

Andrea sostiene que en Chile aún falta mucho por aprender en materia de tolerancia.

05 de Abril de 2012 | 10:05 | Por Narciso Donoso, El Mercurio
imagen

Andrea trabaja con el parlamentario hace 8 años.

Narciso Donoso, El Mercurio

IQUIQUE.- En la localidad de Romeral, VII Región, cultivan manzanas y frutas de exportación. En ese ambiente nació hace 50 años Juan Carlos, quien a los 6 años se dio cuenta que era distinto y veía el mundo como una mujer. Hoy es Andrea y hace 8 años se desempeña como nana en Iquique del senador Jaime Orpis (UDI), quien por estos días ha sido acusado de homofóbico por rechazar la Ley Antidiscriminación. Debido a los ataques que sufrió el parlamentario, Andrea solicitó dar a conocer su caso para demostrar que a Chile aún le falta mucho por aprender en materia de tolerancia y que las leyes deben ser trabajadas en forma integral.


Andrea alcanzó a estudiar hasta segundo básico porque el colegio era sinónimo de golpizas y desde los 8 a los 13 años trabajó recogiendo fruta para ayudar a su madre y dos hermanos. Tras ello se enteró que en Talca existía un local de travestis llamado "Jaula de las locas", por lo cual emigró y no la aceptaron por ser menor de edad. Sin ayuda, optó "por la plata fácil" y se prostituyó hasta los 18 años, cuando decidió regresar a Curicó y trabajar como nana, sin embargo, nuevamente sufrió la discriminación por su condición, lo cual la llevó a probar suerte y viajó por todo Chile trabajando en centros nocturnos, ya sea como stripper, barwoman o dama de compañía, "yo llegaba como mujer y las niñas se daban cuenta pero se quedaban calladas, después yo les decía a los patrones".


Juntó dinero y a los 25 años se operó en Valparaíso. "En esa época no preguntaban nada y era barato. Yo me operé en un hospital público e incluso hacían precio cuando uno iba con otra amiga. Nunca me arrepentí porque siempre me he sentido mujer".


Con su nueva condición y apoyada en hormonas, se lució en varios escenarios del país hasta que hace 20 años encontró el amor en un payaso que llegó con un circo a Arica. "Nos conocimos, le conté mi condición, nos enamoramos y hasta el día de hoy seguimos juntos". Andrea se incorporó al circo como asistente del mago y después decidieron independizarse y acompañar en sus viajes a la Fisa. El payaso comenzó a vender globos y ella se vestía como Mickey o el dibujo de moda para la promoción. Así llegaron a Iquique y una amiga de Andrea le pidió ayuda para realizar un reemplazo como asesora del hogar en un exclusivo departamento. "Eso fue hace ocho años y en ese lugar les gustó mi trabajo y ellos me recomendaron con don Jaime. ¿Qué Jaime? pregunté yo, y ahí me indicaron que era el senador".


Con la familia que la recomendó trabaja hasta el día de hoy y además se encarga de la mantención y cuidado del departamento que el senador tiene en Iquique, a quien cocina y atiende cuando visita la zona. "A don Jaime y a su señora le gustan las ensaladas y la fruta. Antes tomaba Coca Cola y ahora pura agua mineral. Nos llevamos muy bien y no reclama por nada, le cocino porotos, pantrucas y lo que haya. Es un buen jefe y cuando lo vi triste por las críticas le dije que quería contar mi historia para que dejaran de hablar", señala Andrea, quien mide 1,60 metro, usa aros de perla, jeans y tiene el pelo castaño claro.


Respecto a la Ley Antidiscriminación, le extraña que no avance más rápido y señala que en las calles hay mucha violencia contra las personas diferentes. "Antes era peor, pero ahora hay grupos más violentos como los neonazis", a lo que agrega dificultades burocráticas "como cambiar una cosa tan básica como mi cédula de identidad, por ejemplo. Cuando voy a cobrar un cheque el cajero mira el nombre y después mi carné da vuelta por todo el banco. Es muy caro cambiar el nombre y también tengo problemas para acceder a un subsidio, puesto que figuró sola, no tengo hijos y no puedo poner a mi pareja como carga, por lo tanto me desplazan".


A sus 50 años ya no piensa en adoptar y las hijas de su marido -a quien las conoció cuando ya eran adolescentes- le dicen mamá y sus hijos la llaman abuela. "Me gustaría casarme con mi pareja y hemos pensado en ir a Argentina, pero no sacamos nada porque eso no vale en Chile".  En sus pocos momentos de tiempo libre disfruta arreglando flores y tiene dos perros "Andrés" y "Yoyo", "a los que quiero mucho porque los animales son muy indefensos, andan por ahí con la historia de sufrimiento de uno".

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?