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Las sabrosas anécdotas de Alfredo Hernández, el ex diputado más longevo de Chile

Con 100 años cumplidos, el ex diputado por la Región de Magallanes contó a Emol detalles de su carrera política, su amistad con Salvador Allende y entregó algunos consejos para la desacreditada clase política.

03 de Junio de 2012 | 12:07 | Por Felipe Vargas, Emol

SANTIAGO.- Corría 1935 cuando el joven obrero de la construcción Alfredo Hernández Barrientos decidió ingresar formalmente a la política. Tenía 23 años y no dimensionaba que 18 años después sería electo diputado de la República y menos que luego de siete décadas sería homenajeado por su trabajo parlamentario en la Región de Magallanes entre 1953 y 1961 y reconocido como el ex diputado más longevo del país.


Hoy tiene 100 años y a pesar del paso de los años conserva una admirable lucidez. De hecho, hace pocas semanas terminó de leer una biografía de Nelson Mandela de nada más ni nada menos que 664 páginas. Gracias a ello, mantiene vivas las historias de su carrera política, la cual inició luego de que el entonces senador y fundador del Partido Socialista, Marmaduque Grove lo invitara a formar parte de la colectividad a la cual aún pertenece.


Nació en 1912 en Ancud, pero los episodios más memorables de su vida los vivió en Punta Arenas, ciudad a la cual llegó atraído por el oro de los ríos patagónicos. Cuando el mineral se acabó, don Alfredo se dedicó a la construcción y a la actividad sindical, donde desarrolló sus dotes de político, las cuales ya habían sido detectadas por sus compañeros.


"Tú tienes alma para ser político, métete y puedes trabajar igual en tu trabajo", le dijo uno de ellos. El pequeño envión fue suficiente. "Yo en ese tiempo andaba politiqueando en la ciudad e íbamos a cada cosa que se presentaba. Me acuerdo que en una calle de Punta Arenas fueron unos cuantos de la derecha a meterse en un local a gritar y nosotros veníamos entramos de frentón y los echábamos", cuenta sobre las primeros mitines a los que asistió en la década del '30.


Amigo de Allende


Fue en esa época cuando trabó amistad con Salvador Allende, quien también participaba de los inicios del PS y viajaba por el país buscando apoyo para formar el nuevo partido. El ex Presidente fue su máximo referente y junto a él recorrió toda la región a caballo y en botes para conocer de primera fuente los problemas de la comunidad magallánica.


"Poco y nada faltó para que fuera mi hermano. No puedo contar tanto, porque íbamos a tantas partes a politiquear. Me acuerdo que íbamos de a caballo hasta Ancud y él iba trajeado como para ser candidato y yo lo acompañaba. Era un tipo macanudo, conmigo se dio mucho, porque todas las cosas que hacía lejos me pedía que lo acompañara", dice sobre Allende.


Por ello, no duda un segundo en defender su legado y tras enterarse de que el ex Presidente Patricio Aylwin calificó como un "mal político" al "Chicho", don Alfredo sostiene que su gestión "fue totalmente buena. Allende fue un tipo muy capaz, muy capaz, aunque muy lacho no más, jaja".


"Aylwin puede decir lo que quiera, cada uno dice lo que estima conveniente. Fue un mal gobierno especialmente para los extranjeros que tenían minas en el norte, cuando vieron que Allende se estaba preocupando por echarlos, ahí vieron quién era Allende", dice con energía sobre el plan de nacionalización del cobre que encabezó el ex Mandatario de la Unidad Popular.


Su trabajo por la Patagonia


En 1953, Hernández decidió postular como candidato a diputado por el PS en la zona, y ganó con su lema "Del andamio al Parlamento". "Cuando fui elegido mi casa de Punta Arenas estaba llena de gente y periodistas y mi mamá me dijo 'muchacho, lo único que quiero es que no vayas a robar, no vayas a estafar a nadie. Trabaja como corresponde si elegiste ser político, ¡mira qué madre!", recuerda.


Una vez que asumió, trabajó codo a codo con el gobierno del general Carlos Ibáñez del Campo, con quien logró concretar grandes obras para una región que permanecía aislada casi completamente del resto del país. De hecho, destaca que fue uno de los primeros parlamentarios en recorrer completamente su territorio.


"Yo tenía la valentía para ir a Tierra del Fuego, pasaba media hora en el mar por el Estrecho de Magallanes. Porque todos los senadores y diputados que hubieron antes no habían ido allá, yo fui como presidente de la campaña de Ibáñez y le dije 'oiga Presidente, el primer servicio que le voy a pedir es que en esta pampa hicieran un aeródromo y así lo hizo'", relata.


Hasta el día de hoy, Hernández es reconocido en la región, gracias a su enorme trabajo por la gente de la zona. Su familia cuenta que se conseguía aviones de la Fuerza Aérea para transportar a los enfermos y contestaba cada una de las cartas que le hacían llegar los magallánicos para contar sus problemas, lo cual le generó una ceguera a temprana edad.


Luego de retirarse de la política, don Alfredo trabajó en diversos cargos en el PS, llegando incluso a ser el tesorero del partido en la clandestinidad, luego del Golpe de Estado de 1973. Hoy vive de su pensión en un departamento de calle San Pablo junto a su familia, a solo pasos del ex Congreso Nacional, donde coronó su trabajo por la gente del sur.

Consejos para los futuros parlamentarios

Conciente del desprestigio en el cual han caído los políticos en los últimos años, Hernández señala que la actividad política no ha cambiado tanto con los años. "Las peleas siguen igual", dice, pero advierte que antes se trabajaba mucho más que ahora, ya que no contaban con los adelantos tecnológicos ni los recursos que hoy poseen los honorables para desempeñar su labor.

De todos modos, don Alfredo entrega sus consejos para que los diputados y senadores de hoy puedan mejorar su credibilidad frente a la gente. "Que no mientan, que no engañen a nadie, que digan la verdad y que actúen fuertemente en favor de los problemas más apremiantes que padece la gente", dice.

"La gente es dejada, es floja. Si la mitad de la gente se pusiera a trabajar y a estudiar y los parlamentarios empezaran a resolver los problemas junto a los demás compañeros, proponer cosas al Gobierno y a los ministros, la cosa cambiaría. Pero salen elegidos y después se olvidan", añade.

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