La liberación de Gabriela Blas fue celebrada con una "Pawa", rogativa tradicional aymara.
Patricio Banda, El Mercurio
SANTIAGO.- Gabriela Blas, una pastora indígena aymara que fue condenada a 12 años de cárcel por la muerte de su hijo de tres años, fue liberada hoy luego de que el Presidente Sebastián Piñera la favoreciera con la rebaja de su pena a la mitad, informó una fuente judicial.
La mujer indígena cumplió cinco años de su condena en una cárcel de la ciudad de Arica, por la muerte de su hijo que se extravió en el altiplano en 2007 cuando ella se encontraba pastoreando llamas. El cuerpo del menor fue encontrado momificado más de un año después.
En mayo pasado, Piñera decidió rebajar la pena carcelaria a seis años, en respuesta a una petición expresa de la mujer aymara, con lo cual pudo solicitar su libertad condicional, dijo el defensor penal público de Arica, Claudio Gálvez.
Gabriela Blas "pudo postular a este beneficio, luego que su castigo se redujera, lo que le permitió reunir los requisitos exigidos por ley, entre ellos, haber cumplido dos tercios de su condena y haber mantenido buena conducta", explicó Gálvez.
El defensor explicó que la pastora deberá fijar un domicilio y firmar mensualmente ante un tribunal durante 28 meses.
A las afueras del penal, familiares y amigos recibieron a la mujer con una "Pawa", rogativa tradicional del pueblo aymara. Inmediatamente después, Blas se trasladó hacia el poblado de Alcerreca, donde se encuentra sepultado el cuerpo de su hijo Eloy.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron la sentencia como un caso grave de vulneración de los derechos humanos y de discriminación a una mujer de etnia aymara, en cuyo caso no fue considerada su situación sociocultural.
